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Este domingo, Morena celebró su Séptimo Congreso Nacional Extraordinario en la Ciudad de México. Durante el evento, se eligió a Luisa María Alcalde como presidenta del partido y a Carolina Rangel Gracida como secretaria general. Como ya se había anticipado, estas figuras renovarán la dirección del partido.
Uno de los momentos clave fue la elección de Andy López Beltrán como nuevo secretario de Organización. Su principal tarea será abrir el padrón del partido, el cual cuenta con 2.3 millones de afiliados. Este esfuerzo busca mejorar la representación del partido, ya que la afiliación se ha concentrado en las grandes urbes, principalmente en el Estado de México y la Ciudad de México.
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La estrategia de López Beltrán pretende extender el alcance del partido a más regiones. Desde 2015, Morena ha crecido exponencialmente, y ahora el objetivo es reflejar ese crecimiento en su afiliación. De hecho, los congresistas nacionales subrayaron la necesidad de reforzar la Secretaría de Organización, responsable del padrón de militantes y su actualización.
Hasta 2024, estas funciones recaían en los comités estatales, que serán renovados en 2027. Ahora, López Beltrán tomará el liderazgo en la expansión del partido a nivel estatal, replicando su trabajo previo en las campañas de Clara Brugada y Claudia Sheinbaum.
Este nuevo esquema busca coordinarse estrechamente con los gobernadores de la 4T y sus aliados. La meta es mantener el control partidista y evitar divisiones, como ocurrió en el PRD. Con este enfoque, López Beltrán pretende evitar la aparición de caciques locales que puedan fragmentar el partido en diversas regiones.
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El mensaje a los gobernadores es claro: quienes gestionen adecuadamente sus territorios tendrán el respaldo del partido. De lo contrario, no podrán contar con Morena para mantener su poder. La prioridad del partido sigue siendo la transformación de la 4T por encima de cualquier interés local.
López Beltrán tiene dos desafíos clave en su gestión: asegurar el éxito de las elecciones de jueces y magistrados y garantizar el respaldo en la próxima revocación de mandato de Claudia Sheinbaum. Ambas situaciones pondrán a prueba la solidez de su estrategia organizativa en Morena.
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