Reino Unido

Por: Michel Chaín

Muchas veces, para entender lo que pasa en casa, es saludable tomar distancia y analizar lo que sucede en otras para, al identificarnos con lo que sucede en las casas ajenas, reconocer los patrones, vicios y excesos en los que incurrimos en la propia. Evidentemente no es mi intención balconear las rarezas de mi familia y amigos, y sufrir sus reclamos por lo que me quede de vida, sino analizar lo que sucede en democracias más maduras y funcionales respecto a la incógnita en la que está convertida la mexicana.

En este sentido, lo sucedido en las recientes elecciones de la República Francesa y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte (nombres oficiales de ambos países), ofrece muchos aspectos para reflexionar.

En el caso de Reino Unido, 14 años después de los gobiernos de “Tercera Vía” de Tony Blair y Gordon Brown el tradicional Partido Laborista vuelve al 10 de Downing Street -la residencia oficial del Primer Ministro- de la mano del inglés Keir Starmer.  ¿Qué lección se puede rescatar de la experiencia británica? Pues que, aunque a veces se toma su tiempo, las democracias liberales terminan por castigar a los malos gobiernos y a los malos gobernantes, quitándoles la oportunidad de seguir siendo gobierno, para darle la oportunidad, y la responsabilidad, a alguna otra opción política.

En el caso de Reino Unido, no creo ofender a la verdad si calificó como desastrosa la corridilla de gobiernos encabezados por el Partido Conservador, o “tory”, comenzando por la gestión de David Cameron (2010-2016) quien, en un exceso de confianza, convocó al referéndum en el que ganó la salida los británicos de la Unión Europea (UE) o “Brexit”. Al perder el referéndum, Cameron renunció y el débil liderazgo de Theresa May (2016-2019) fue quien tuvo que negociar con Bruselas la salida del Reino Unido de la UE y la fallida estrategia del “soft Brexit”.  

A pesar del desgaste de May en 2019, a los torys les alcanzó para hacer Primer Ministro al polémico Boris Johnson quien tuvo que renunciar en 2022, después de que se filtrara a la prensa que en pleno aislamiento social por la pandemia de COVID-19, el angelito se puso a hacer fiestas en la residencia oficial de Downing 10. Cuando parecía que los torys no lo podían hacer peor, fue el turno de Elizabeth “la breve” Truss quien, dado el caos financiero que generó, ocupó el cargo de Primer Ministra únicamente del 6 de septiembre de 2022 al 25 de octubre de ese mismo año.  

Finalmente, este recuento de fallidos gobiernos conservadores termina con la gestión de Rishi Sunak (2022-2024) quien, con un perfil más “tecnócrata” y alejado de lo que se suele esperar de un político británico, pareció dedicarse a administrar la debacle tory y aventarse el puntadón de dejar plantados a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial precisamente en la celebración por el 80 aniversario del “desembarco en Normandía” o “D-Day”.

Si en UK los votantes se pasaron de pacientes, en el caso de Francia tanto la realización de las elecciones, como lo que pueda suceder con el gobierno francés en el futuro inmediato, es resultado de lo temerario del Presidente Emmanuel Macron quien, ante el avance de la Rassemblement National (RN) o Agrupación Nacional (antes Front National o Frente Nacional) de la ultraderechista Marine Le Pen en las elecciones para el Parlamento Europeo, adelantó las elecciones legislativas galas, tomando a la clase política, analistas y electores con “los pantalones en los tobillos”, por decirlo sutilmente.

La arriesgada jugada de Macron no evitó el crecimiento de la ultraderecha de Le Pen, que logró un resultado histórico con 143 escaños, pero sólo le alcanzó para ubicarse como la tercera fuerza política franca;  debajo de la coalición de Macron, Renaissance (anteriormente La République En Marche!), que alcanzó 168 escaños; así como de la coalición de izquierda Nouveau Front Populaire, o Nuevo Frente Popular, que incluyó a les Écologistesla France Insoumise, le Parti Communiste Françaisel, le Parti Socialiste y Génération.s, entre otros, y que logró 182 escaños.

Dada la diversidad ideológica de dicho trío, falta saber a cuál le pide el Jefe de Estado galo, el propio Macron, conforme una coalición que le dé una mayoría suficiente para erigirse como gobierno y, de lograrlo, lo estable que dicha coalición pueda ser.

En este recambio político en el corazón de Europa, es importante señalar como Rishi Sunak, en el Reino Unido, renunció tanto al cargo de Primer Ministro como al liderazgo del Partico Conservador, inmediatamente después de la derrota tory.  Aún más, lo mismito hizo Gabriel Attal, Primer Ministro francés, al no haber logrado la mayoría en la elección gala, aunque falta que sea aceptada.  A mi entender, este tipo de renuncias son parte de la corresponsabilidad que, en lo individual, tienen los actores políticos en función de los resultados electorales obtenidos por sus respectivos partidos o coaliciones.

¿En México han visto muchas renuncias, de primer nivel, a raíz de las elecciones del pasado 2 de junio?  Yo tampoco.  Nada más que agregar.

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