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Claudia Sheinbaum, próxima presidenta, está considerando a Marcelo Ebrard para la Secretaría de Economía, buscando formar un equipo fuerte con Rogelio Ramírez de la O en Hacienda y Juan Ramón De la Fuente en Cancillería. Este movimiento tiene como objetivo no solo mejorar la relación bilateral con Estados Unidos, sino también fomentar un clima de inversión favorable para mantener la recaudación y estabilidad macroeconómica frente a posibles desaceleraciones.
Ebrard, ex canciller, ha ganado influencia en el círculo de la candidata electa, reflejado en el trato favorable de la futura mandataria. Sin embargo, Ebrard desea una posición que le permita colocar a sus colaboradores y mantener su relevancia política, aspirando también a coordinar a los senadores morenistas.
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Sheinbaum enfrenta el desafío de equilibrar estas ambiciones con su visión de poder. La coordinación de senadores podría pasar a Adán Augusto López Hernández si Ebrard acepta Economía. Además, Sheinbaum no quiere en Economía a quienes actuaron contra su candidatura, excluyendo a Malú Micher y Martha Delgado, cercanas a Ebrard.
Roberto Velasco, actual enlace con Washington y figura disciplinada, es bien visto en el entorno de Sheinbaum, permaneciendo leal durante la interna morenista, a diferencia de Alicia Bárcena, quien intentó desplazarlo sin éxito.
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El equipo de Sheinbaum está en un momento crítico de definición, buscando armonizar capacidades y lealtades para un gobierno efectivo y cohesionado.
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