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Red Bull está tomando un enfoque «sin riesgo, sin diversión» con su nuevo motor de Fórmula 1, pero el proyecto con Ford no puede fallar. El equipo de Milton Keynes está invirtiendo cientos de millones de libras en el desarrollo de una unidad de potencia para el reglamento de 2026, tras formar una alianza técnica con Ford. Aunque conscientes del desafío, saben que enfrentarse a fabricantes como Mercedes, Honda y Ferrari determinará si pueden aspirar al campeonato.
La nueva fábrica de Red Bull Powertrains en Milton Keynes está operativa y llena de personal, mientras Ford ofrece apoyo con personal y uso de instalaciones. Christian Horner, director del equipo, destaca la importancia del motor. «La inversión es la mayor que Red Bull ha hecho en automovilismo. Junto con Ford, debemos tener éxito», afirmó. «No podemos permitirnos fallar. Este cambio en la normativa es la coyuntura perfecta para tener todo bajo control».
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La decisión de Red Bull de construir su propio motor fue provocada por la salida de Honda de la F1. Aunque inicialmente consideraron a Porsche, las conversaciones fracasaron por temor a perder independencia. Esto abrió la puerta a Ford, que volverá a la F1 en 2026. La aportación de Ford ha ido evolucionando, ofreciendo apoyo en áreas clave para acelerar el progreso.
Horner explicó: «Es una relación dinámica. Necesitamos ingenieros de simulación y eléctricos. Ford, con su experiencia en EV, nos ayuda compartiendo experiencias». Mark Rushbrook, director global de deportes de motor de Ford, añadió que no hay líneas rojas en su colaboración. «No se trata de imponer personal, sino de contribuir y beneficiarnos mutuamente».
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La implicación de Ford ha ido más allá de los vehículos eléctricos y baterías, ayudando en el turbo y en el banco de pruebas. Rushbrook explicó: «Todo estaba sobre la mesa para ver cómo podíamos contribuir». La colaboración ha sido fundamental para el éxito del proyecto. Horner destacó que esta asociación es lo que siempre quisieron, evitando una relación impositiva como la que temían con Porsche. «Ford nos pregunta cómo pueden ayudarnos a ser más competitivos. No imponen, colaboran».
El panorama competitivo de los motores de 2026 es incierto, pero Horner cree que no se repetirá lo de 2014, cuando Mercedes dominó. «Las regulaciones son tan prescriptivas que no habrá una ventaja significativa. La combustión seguirá siendo clave, y la eficiencia de estos motores será crucial. El combustible es probablemente el mayor diferenciador de rendimiento en este momento».
Horner ve este proyecto como un capítulo emocionante. «Hay riesgo asociado. La inversión y reunir al personal para producir nuestro motor es enorme. Pero sin riesgo no hay diversión. Tomar nuestro destino en nuestras manos asegura el futuro a largo plazo del equipo». Red Bull, con Ford a su lado, está decidido a triunfar en la F1.
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