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La reciente ola de violencia en México ha causado alarma en todo el país. Según un informe del Gabinete de Seguridad, los ataques parecen estar organizados con una periodicidad de 15 días. Este patrón ha generado sospechas sobre la capacidad de respuesta de las autoridades y su estrategia frente al crimen organizado.
El sexenio de Claudia Sheinbaum inició con un evento estremecedor: la ejecución del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos. Este acto de terror, perpetrado en la capital de Guerrero, fue un golpe directo a una de las regiones más estratégicas del país.
Días después, la violencia se intensificó en Guanajuato, donde una serie de ataques simultáneos en Salamanca dejó 12 muertos. Este suceso ocurrió apenas días después de otra masacre que cobró la vida de cuatro personas en la misma región.
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Dos semanas más tarde, el bar «Los Cantaritos» en Querétaro fue escenario de un ataque mortal que resultó en 10 fallecidos y 13 heridos. La violencia continuó en el Estado de México con un ataque similar en el bar «Bling Bling» de Cuautitlán Izcalli, donde seis personas murieron y siete resultaron heridas.
El episodio más reciente ocurrió en Villahermosa, Tabasco. En el antro «DBar», seis jóvenes fueron ejecutados, lo que encendió tensiones políticas entre el gobernador Javier May y su antecesor Adán Augusto López. Estas tensiones parecen complicar aún más el control de la seguridad en la región.
Los analistas del Gabinete de Seguridad han detectado que los ataques ocurren los fines de semana, cuando las críticas hacia el Gobierno Federal suelen ser menos contundentes debido a la ausencia de conferencias matutinas. Entre los responsables, destacan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Pacífico, quienes podrían estar respondiendo al arresto de Cristian Gutiérrez Ochoa, yerno de Nemesio Oseguera Cervantes, alias «El Mencho», en California.
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A pesar de la política de «abrazos, no balazos», las Fuerzas Armadas han aumentado su letalidad en operativos recientes. El caso de «mátalo, mátalo» en Culiacán marcó un antes y un después en la estrategia de seguridad. Omar García Harfuch, conocido como «El Batman», lidera ahora un enfoque que combina acciones quirúrgicas, como el Operativo Enjambre en Edomex, con tácticas más contundentes.
En Sinaloa, la situación se agrava debido al secuestro y traslado a Estados Unidos de Ismael «El Mayo» Zambada. Este hecho ha desatado una disputa interna que sigue cobrando vidas, mientras el Gobierno parece incapaz de sofocar las tensiones.
La estrategia de seguridad está en la mira. Entre presiones internacionales y las exigencias locales, el país enfrenta una encrucijada en su lucha contra el narcotráfico.
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