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A cien días del gobierno de Claudia Sheinbaum, el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León exhortó a detener las acciones que están debilitando la democracia en México. En su mensaje, también instó a abolir la figura de revocación de mandato, calificándola como un peligro para la estabilidad política del país.
Zedillo criticó las declaraciones recientes de Sheinbaum, quien afirmó que México podría ser el país más democrático del mundo. «Eso está lejos de ser cierto», expresó contundente. También destacó que, si la presidenta busca fortalecer la democracia, los ciudadanos la respaldarán, siempre y cuando se emprendan acciones genuinas para mejorar las instituciones democráticas.
“Primero, debe haber voluntad sincera para avanzar hacia un sistema verdaderamente democrático. Como decía mi madre: querer es poder. Sin acciones claras, será imposible alcanzar este objetivo», afirmó.
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El expresidente subrayó la importancia de detener el deterioro de las normas e instituciones que han sostenido la democracia en el último cuarto de siglo. Aunque imperfecta, consideró que esa democracia es preferible a la situación actual.
Entre las propuestas planteadas, Zedillo sugirió usar la fuerza política y constitucional de Sheinbaum para convencer a su partido y a otras fuerzas políticas de aprobar dos transitorios en la Constitución.
El primer transitorio buscaría suspender la entrada en vigor de las reformas impulsadas desde septiembre, abriendo un espacio para el análisis y la deliberación. “No se trata de eliminarlo, sino de confirmar que estas reformas tienen un propósito legítimo y no el de instaurar una tiranía o un Estado débil”, explicó.
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La segunda propuesta se enfocaría en derogar la figura de revocación de mandato. Zedillo calificó esta medida como una «barbaridad» que no tiene cabida en un régimen presidencial. «Es una píldora de cianuro en la Constitución que carece de justificación», alertó.
Finalmente, Zedillo enfatizó la necesidad de una presidenta fuerte para liderar un país verdaderamente democrático. «México no puede convertirse en una autocracia de partido hegemónico donde el poder esté concentrado en una sola oficina. Necesitamos una República que funcione bajo reglas democráticas”, concluyó.
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