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Extorsión
Según el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el uso de celulares para delinquir en prisiones va en aumento. Cada año, la cantidad de estos dispositivos crece.
Entre 2017 y 2021, se detectó un aumento de 31,756 llamadas de extorsión en tres penales. Este dato surge de un análisis específico por un comité de investigación.
En 2017, tres penales monitoreados contaban con 597 celulares. Para 2021, esta cifra subió a 969. Las llamadas se dispararon de 44,718 a 76,474.
El año con más llamadas desde cárceles fue 2020, alcanzando 163,392. Estas cifras revelan un problema creciente en la seguridad penitenciaria.
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Hasta septiembre de este año, se han reportado 7,966 casos de extorsión en México, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
A pesar de analizar solo tres de los 266 penales en México, 94% de las extorsiones son telefónicas, destaca el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia.
En 2021, tres reclusorios observados registraron 737,197 llamadas. Uno de ellos marcó un récord con 355,155 llamadas en tres semanas.
La investigación muestra un aumento alarmante de equipos sospechosos y IMSI, según un informe del IFT presentado a la Cámara de Diputados.
A pesar de las medidas de las autoridades, como los inhibidores de señal, los equipos sospechosos siguen activos en las cárceles analizadas.
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Los penales con menos teléfonos registran más llamadas, afectando a los usuarios y la calidad del servicio, indica el IFT.
El sistema penitenciario enfrenta una crisis por sobrepoblación y falta de recursos, señala Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador de la UNAM.
Aguilar Antonio argumenta que la extorsión desde cárceles se vincula con la impunidad y la facilidad para cometer estos delitos.
Para combatir la extorsión telefónica, se necesita más que inhibidores. Mejorar la justicia y las capacidades penitenciarias es crucial, concluye el investigador.
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