Pérez

Deportes

José Antonio Cortés

ESPN

«Ya mostró quién es realmente», detrás de estas palabras de Sergio Pérez se encuentra el fondo de la relación de trabajo y colaboración que tendrá con Max Verstappen en 2023, porque una vez que alguien ‘da color’ este es indeleble.

Recordemos el Gran Premio de Brasil de 2022, donde Checo Pérez necesitaba los más puntos posibles para vencer al piloto de Ferrari, Charles Leclerc en la búsqueda del subcampeonato de la Fórmula 1. Max, quien ya era campeón desde el GP de Japón se negó, expresamente, a ceder el sexto lugar (no el primero, segundo o uno en el podio) al mexicano, cuando se le solicitó.

Eso trajo un sisma en Red Bull que requirió la intervención inmediata del jefe Christian Horner y del segundo de a bordo, Helmut Marko. Verstappen había cometido desacato públicamente en el radio y Pérez había respondido acremente con un justificado reproche.

En teoría, y solamente teoría, todo se resolvió con una madura charla entre todos, pero ni hubo una ayuda de parte de Verstappen a Checo en Abu Dhabi, ni las declaraciones posteriores de Max y familia han pretendido distender la situación.

Checo Pérez, por su parte, es un piloto profesional que antepone su compromiso con Red Bull Racing, donde tiene dos años de contrato vigentes, por lo que en la medida de lo requerido tendrá una relación cordial y hasta amistosa con el neerlandés bicampeón de la F1.

Ya se pudo ver algo de eso en las convivencias que tuvo Red Bull con los empleados y habitantes de Milton Keynes luego de la temporada y en el evento de agradecimiento a Honda en Japón.

Red Bull es un equipo donde los pilotos están obligados por contrato a cumplir con activaciones de mercadotécnica y redes sociales. Red Bull es, más que una bebida energética, una empresa que promueve una forma de ver la vida y basa todo su trabajo en la mercadotecnia y sus equipos y atletas son el vehículo de esa filosofía.

Así que, Max y Checo están ‘condenados’ a convivir porque así lo exige el trabajo, pero tampoco es que sea un horrible sacrificio y les pagan muy bien por hacerlo.

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¿Y en la pista?

Una cosa es el paddock y otra la pista. En el circuito, el primer rival es tu compañero de equipo y cada vez más Checo Pérez quiere demostrar que no es tan grande la diferencia entre él y Max Verstappen, como lo pudo constatar en las primeras 8 o 9 carreras de la temporada 2022.

Pérez puede repetir lo del inicio de la temporada pasada y sorprender con tiempos muy cercanos, o incluso mejores, a los que marca el que es, indiscutiblemente, el mejor piloto de la categoría.

Entre más cerca esté Checo Pérez de Max Verstappen en cada sesión y la tabla de los puntos, más complicado será que el equipo le pida ayudar al neerlandés o cederle lugar o espacio en una carrera, pero también es un hecho que el campeón es el número uno y las órdenes son algo tan lógico como indeseable.

Más temprano que tarde Checo Pérez se encontrará en la circunstancia donde deba elegir entre soltar el acelerador o ir por un hueco que le dé una posición adelante de Verstappen… y casi podría apostar que, si esa decisión no pone en riesgo su carrera y la de Max, irá por la posición.

Ese será un primer paso para establecer una declaración de principios silente de que no es un ‘obrero’ o un ‘gregario’ de Verstappen, pero la prueba más fuerte será si en algún momento desde el radio se escucha la voz de su ingeniero Hugh Bird que le solicite dejar su lugar a Max.

Ahí, creo, que al final Checo Pérez hará lo que sea mejor para el equipo, no caerá en el desacato verstappeniano del «ya di mis razones», pero no lo hará tan sencillo, correrá lado a lado con su coequipero y si no es más rápido alegará que no lo pasa porque no tiene con qué hacerlo.

Insisto, no veo a Checo Pérez en una actitud retadora o negándose a cumplir una orden expresa, pero sí pienso que solicitará una explicación y no soltará a la primera.

¿Red Bull permitiría que sus pilotos corran uno contra otro en la pista? Lo más saludable sería que sí, que les pidiera respetarse, darse espacio y competir con nobleza, pero en la historia de la gestión de Horner en Red Bull no le ha gustado dejar ese cabo suelto en el manejo de la escudería, y menos ahora que con el temperamento de Verstappen sería una bomba de tiempo dar libertad de pelea entre los suyos. Un costoso juego del que no pueden darse el lujo de tener, menos ahora que los presupuestos son más cortos y que Red Bull tiene limitaciones por la sanción que les impusieron.

En este mundo de los supuestos, hay que recalcar, Checo Pérez recibirá menos ‘sugerencias’ desde los fosos, en la medida en que logre estar en franca competencia con su vecino de garage.

Lo importante aquí es que, por más buena onda que se vea en las activaciones de Red Bull, por más cotorreo que se refleje en los videos institucionales, Checo Pérez lo tuvo claro desde que cruzó la meta en Brasil: Max «ya mostró quién es realmente» y ya sabe que de él no puede esperar nada diferente a una férrea oposición enmarcada en una sonrisa como la del gato de Alicia en el País de las Maravillas, una que se mueve a donde conviene a su amo.

Origen: ¿Cómo será la relación entre Checo Pérez y Max Verstappen como coequiperos en Red Bull en 2023?

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