Nacional
Redacción
Política Gurú
La icónica presa Miguel Alemán, parte vital del Sistema Cutzamala, ha experimentado una notable disminución, perdiendo entre tres y cuatro metros de altura semanalmente. Esta situación, que ha reducido su capacidad al 27 %, la más baja desde 2019, no solo afecta el suministro de agua en el Estado de México y la Ciudad de México, sino que también impacta gravemente al turismo en Valle de Bravo, reduciendo a un tercio las visitas esperadas.
Te puede interesar: Birmex Invierte Más de 500 Millones en Equipamiento de la Nueva Megafarmacia
Los servicios turísticos locales, especialmente aquellos que dependen directamente de la presa, enfrentan desafíos sin precedentes. Lancheros y otros proveedores de servicios se ven obligados a adaptarse continuamente, reubicando infraestructura para facilitar el acceso a los turistas, quienes a menudo se desilusionan al encontrar el embalse en condiciones lamentables.
La escasez de agua se atribuye a una combinación de factores, incluyendo cambios en el uso del suelo y una extracción excesiva. Estos elementos contribuyen no solo al problema de sedimentación sino también a una disminución general en la capacidad de almacenamiento de la presa.
Síguenos en X (antes Twitter) para mantenerte siempre informado
El declive del atractivo turístico, evidente en el impacto sobre hoteles, restaurantes y otros negocios cercanos, pone de relieve la dependencia económica de la región en este recurso natural. La situación actual sugiere una necesidad urgente de replantear la gestión del agua y las estrategias de conservación para salvaguardar tanto el suministro de agua como el turismo.
Este análisis revela una verdad ineludible: Valle de Bravo, su economía y su identidad cultural están intrínsecamente ligados a la salud de su presa. La crisis actual demanda una acción concertada para revertir el daño y asegurar un futuro sostenible para la región.
Valle
