Nacional
Redacción
Política Gurú
En la Secretaría de la Defensa, los comentarios de Carlos Slim sobre el papel militar en la vida pública generaron malestar. Surge el cuestionamiento sobre la participación de su constructora en la reconstrucción de Acapulco tras el devastador paso del huracán Otis el año pasado.
El acuerdo oficial entre el Gobierno y Carso, la empresa de Slim, para liderar la reconstrucción, provocó un alza en las acciones de la compañía en la Bolsa Mexicana. Sin embargo, este protagonismo no es bien recibido por los militares, quienes, como constructores de infraestructuras, tienen vínculos fuertes con competidores de Carso. La reciente declaración de Slim solo intensificó el malestar existente.
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El año pasado, los oficiales a cargo del proyecto del Tren Maya expresaron su descontento con Carso debido a retrasos que, según la Sedena, estaban relacionados con especulaciones financieras sobre los materiales necesarios.
La influencia de los militares en la reconstrucción de Acapulco será crucial, especialmente dado el contexto de alta delincuencia en el puerto. Su participación es fundamental para cualquier esfuerzo de reconstrucción.
La conferencia de Slim también causó incomodidad en Palacio Nacional. Especialmente molesto fue su énfasis en desvincular su fortuna de los favores recibidos de gobiernos anteriores. Para López Obrador, Slim sigue siendo visto como un empresario beneficiado por la política, una percepción difícil de cambiar.
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En reuniones privadas, López Obrador ha mencionado que Slim era más progresista en los 2000, cuando colaboraron en la revitalización del centro histórico de la capital. Sin embargo, considera que ciertas posturas de Slim se han radicalizado en el siglo XXI.
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