Nacional
Nadia Luna
LPO
López Obrador y Rocío Nahle sostienen que este 1 de julio arrancará la refinería Olmeca, pero a dos días de la fecha, expertos y players del sector afirman que no hay claridad sobre Dos Bocas y ya se anticipa que Rocío Nahle no podrá cumplir el objetivo. Un escenario con impactos negativos en las ambiciones políticas de la secretaria de Energía.
En el sector afirman que lo que ocurrirá este sábado será una estampa similar a la de hace un año, cuando el gobierno realizó una inauguración simbólica de una refinería aún en construcción. Ahora sucede que a 12 meses de ese suceso hay poca credibilidad de que Olmeca realmente esté lista para iniciar la fase de prueba y empezar a procesar crudo este año, como promete el gobierno de la 4T.
Nahle
Para la secretaria de Energía significa una prueba de fuego. Asegura que este sábado comenzará el primer tren de proceso, que contempla 170 mil barriles de crudo pesado.
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Se trata de la operación básica de la refinería: el crudo pesado hace todo el recorrido por la refinería, que contempla 17 plantas. En ese periodo se espera que se hagan los ajustes y calibres necesarios hasta que quede totalmente ambientada, se mete temperatura, se comienza la destilación y se procede a la producción de gasolinas. En esta planeación, en septiembre se pondría a prueba el segundo tren.
Analistas coinciden en que este año no se llegará a los 340 mil barriles por día y explican que no es posible saber cuánto puede tardar este periodo de prueba. “No se trata de que el 1 de julio ya va a iniciar la producción”, dice Ramsés Pech. Por su parte, Gonzalo Monroy precisa: “Lo ideal es que este proceso debería durar entre seis y ocho meses, pero ajustado por el factor Pemex, te diría que entre 18 y 24 meses”.
Con estos cálculos, Monroy considera que este año no podría empezarse la producción y menos lograrse la meta para el cierre del sexenio; en cambio, Pech considera que los chances es que este año se produzca el 50 % de la meta.
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Pero más allá de esta discrepancia, ambos afirman que a días del prometido arranque, aún hay temas pendientes. Pech asegura que no es claro cuánto crudo hay almacenado ni por cuántos días; si ya están listas las líneas de crudo para tener un flujo continuo, que es clave para poder concretar la producción comercial del hidrocarburo.
Monroy, por su parte, destaca que no es posible pensar que el 1 de julio pueda haber una inyección de crudo, toda vez que la obra sigue sin estar conclusa, principalmente en lo referente a los procesos auxiliares, como las plantas recuperadoras de azufre, el proceso de la coquizadora, entre otras interconexiones. En su opinión, a los ingenieros de Pemex y a la secretaría de Energía aún le resta un año para concluir al 100 % la obra.
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Aunado a estos elementos, hay un anuncio desde Palacio Nacional no pasó inadvertido en el sector y que se entiende como una señal clara de la situación en Dos Bocas: la convocatoria que hizo apenas una semana atrás el presidente López Obrador para conmemorar en la Ciudad de México su triunfo en 2018.
“Lo cierto es que le quitaron protagonismo político al programar la concentración del zócalo para el mismo día. Desde mi lectura, eso indica que no hay forma de que la refinería entre en operación en forma sostenida”, dijo una fuente del sector petrolero que prefirió el anonimato.
La refinería de Dos Bocas es el corazón del proyecto de la 4T para lograr la soberanía energética, por eso, un año atrás, su inauguración —aun sin estar concluida, la obra— tuvo todos los reflectores. Ahora, en cambio, el presidente no estará en un evento que debería tener igual relevancia y tampoco ha hecho ninguna mención al respecto durante sus conferencias matutinas de los últimos días. “¿Por qué no está celebrando en Dos Bocas el arranque de su obra más importante?”, cuestiona otra fuente.
Nahle
