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Marcelo Ebrard tiene un grupo compacto de colaboradores que se dedican a monitorear las giras de sus contrincantes a lo largo del país. El objetivo es detectar y documentar hasta qué punto existen acarreos por parte de operadores locales.
El inicio de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández confirmó las sospechas del bunker del ex canciller.
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En Oaxaca el despliegue en favor de Sheinbaum corrió por cuenta de Eduardo Ximenez que es el Oficial Mayor de la Secretaría de Seguridad estatal y muy allegado a Salomón Jara.
Ximenez organizó movilizaciones en Tuxtepec, un municipio que recientemente fue visitado por Ebrard y donde pudo comprobar un campo fuertemente inclinado en favor de la ahora ex jefa de gobierno. El aval sin demasiados tapujos de Jara a Sheinbaum fue lo que detonó la salida de Ebrard de la cancillería.
En Jalisco el operativo fue más sofisticado. Adán Augusto se lanzó en Puerto Vallarta pero prácticamente toda la movilización corrió por cuenta del gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro quien habría procedido a través de dos alcaldes, el de Vallarta, Luis Alberto Michel y de la de Bahía de Banderas Mirtha Villalvazo.
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Ebrard de momento no polemiza con esta información y sigue en la ruta de buscar conquistar a la base de Morena y de ahí la invitación de hoy lunes a Andy López Beltrán, fuertemente identificado con el comando de Sheinbaum. El ex canciller no quiere problemas con Andrés Manuel López Obrador.
Y pareciera ser algo mutuo si se considera que Ebrard motivó renuncias al gabinete que en la cúpula se esperaban para más adelante o lo ocurrido en la conferencia matutina de hoy lunes, cuando el presidente no quiso hablar sobre un expediente espinoso contra Ebrard abierto en el sexenio anterior.
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