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Sergio «Checo» Pérez enfrentó desafíos en el Gran Premio de Australia, un evento crucial de la temporada 2024 de Fórmula 1. Inició desde la sexta posición, pero una penalización previa lo relegó, complicando su desempeño desde el comienzo. A pesar de sus esfuerzos, «Checo» no logró sacar el máximo provecho a sus neumáticos medios, lo que lo mantuvo detrás en la competencia.
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Durante la carrera, Pérez luchó por recuperar posiciones. Tras cambiar a neumáticos duros, su rendimiento mejoró significativamente, adelantando a varios competidores y colocándose en una posición más favorable. Sin embargo, esta mejora fue efímera, ya que pronto empezó a perder ritmo nuevamente.
El equipo Red Bull, inicialmente confundido por el bajo rendimiento, identificó posteriormente la causa. Un objeto externo, específicamente una visera descartable, se alojó en una parte crítica del vehículo, afectando su aerodinámica. Esta situación inusual explica la dificultad de Pérez para mantener un ritmo competitivo durante la carrera.
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Christian Horner, director de Red Bull, destacó la sensibilidad de estos autos a cambios menores, lo que puede alterar significativamente su comportamiento en pista. Este incidente resalta la importancia de los detalles en el rendimiento de los vehículos de Fórmula 1 y la capacidad de adaptación necesaria para enfrentar imprevistos.
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