Deportes
Juan Pablo Sánchez
ESPN Digital
Binotto
Una temporada de Fórmula 1 que arrancó con grandes esperanzas para Ferrari, con triunfos en dos de los primeros tres Grandes Premios y la demostración en la pista que estaba preparado para el cambio de reglas en este 2022 parece dirigirse a la conclusión habitual de los últimos años en la escudería italiana: sin mayores celebraciones.
A pesar que el automóvil rojo ha sido el más rápido en ocho de las 13 sesiones de calificación hasta el momento, esa superioridad no se demuestra los domingos, con apenas cuatro triunfos, la mitad de los que tiene el líder del serial, el neerlandés Max Verstappen. Al llegar a las vacaciones, el Cavallino Rampante está a 97 puntos de Red Bull en el campeonato de constructores y su piloto principal, Charles Leclerc, está a 80 unidades de la cima.
Para ofrecer una definición de esa falta de resultados, basta con recuperar las palabras del volante monegasco tras una pobre exhibición en el Hungaroring: “Con el ritmo estaba contento, pero lo único que todos recordarán es la última parte, cuando fue un desastre para mí, sobre todo con las (llantas) duras, es la razón por la que se me escapó la carrera, básicamente: Perdí 20 segundos con la parada en pits y otros seis en cinco vueltas con las duras porque no podía controlar el carro con esos neumáticos”.
Una nueva falla en la estrategia y una detención lenta provocaron que Leclerc terminara sexto en el último evento; esos dos aspectos, junto a los problemas técnicos y los errores de los mismos conductores han alejado a Ferrari de la pelea por los trofeos y las críticas ya apuntan al principal responsable de la organización: el director Mattia Binotto.
El ingeniero, quien ha pasado toda su vida en la Scuderia, escalando desde una posición de aprendiz hasta convertirse en la cabeza del garaje más importante de la F1 en enero de 2019, parece no encontrar respuestas a las situaciones que impiden que su equipo pelee con Red Bull en la tabla.
Binotto, especialista en motores, comenzó a trabajar en el auto del 2022 desde la recta final de la campaña anterior, en la que incluso se ausentó de algunas citas para demostrar su compromiso con el futuro, y todos los elementos parecen listos para recuperar las glorias en Maranello, como lo demuestra el rendimiento del monoplaza a una vuelta, pero en la ejecución de largo alcance, el directivo no encuentra la mezcla correcta.
Una silla caliente
Ante esta falta de conquistas y con Mercedes al acecho por el segundo lugar, el puesto del ingeniero podría estar en riesgo y provocar un nuevo reinicio en la empresa italiana. Desde el último campeonato de pilotos de Ferrari, con el finlandés Kimi Räikkönen en 2007, por la silla principal han pasado cuatro encargados, pero ninguno ha logrado el tan ansiado éxito.
Tras la época de gloria con el francés Jean Todt, que obtuvo seis títulos de conductores hasta 2007, lo han intentado Stefano Domenicali, Marco Mattiacci, Maurizio Arrivabene y Binotto, sin reverdecer laureles; en cambio, desde entonces ha habido festejos en McLaren (Lewis Hamilton en 2008), Brawn (Jenson Button, 2009), Red Bull (cinco ocasiones) y Mercedes (siete), pero no en la marca referente en cualquier pista del planeta.
Domenicali fue el relevo de Todt tras el título de Räikkönen y todavía fue capaz de obtener el campeonato de escuderías en 2008, pero a partir de ahí, todo se complicó para Ferrari, que volvió a ser subcampeón hasta 2012, de la mano del español Fernando Alonso, quien obtuvo 278 de los 400 puntos totales.
El hoy CEO de la máxima categoría tuvo una salida intempestiva, al renunciar tras la tercera cita del 2014, en Bahréin, luego de un pobre inicio de calendario con críticas incluso al interior. “Es momento de hacer un cambio importante, como jefe asumo la responsabilidad, como siempre lo he hecho, por la situación que vivimos. La decisión la tomé con el objetivo de hacer algo para agitar las cosas”, explicó.
Su reemplazo fue Marco Mattiacci, quien era el responsable de la División de Norteamérica del grupo italiano, pero en el resto del año el mejor resultado fue un segundo puesto de Alonso en Hungría y el equipo terminó en la cuarta posición del campeonato, por lo que la gestión interina llegó a su fin de cara al 2015.
El cargo lo asumió Arrivabene, con experiencia sobre todo en la parte de mercadotecnia y de ventas del grupo, quien llegó junto al piloto alemán Sebastian Vettel, que sustituyó a Alonso; no obstante, el escenario no cambió demasiado ante el dominio de Mercedes, con la Scuderia conformándose con el subcampeonato en tres de sus cuatro campañas al frente.
Maurizio, conocido en el paddock por su pasión y su estilo peculiar, tampoco fue el catalizador para la legendaria empresa y se involucró en una disputa interna con Binotto, que terminó con su salida al comienzo del 2019, cuando faltaban poco más de dos meses para el inicio de una nueva temporada en F1.
Como le ocurre a su sucesor, el hoy director ejecutivo de la Juventus también enfrentó cuestionamientos por las decisiones de estrategia o por los errores en los pits y sobre todo por no ser capaz de construir un modelo que pudiera seguir el ritmo del puntero.
Una serie de eventos desafortunados
Luego de otro subcampeonato en 2019, el Cavallino Rampante cayó hasta el sexto lugar en 2020, pero la compañía decidió respaldar a Binotto, quien llevó a la escuadra al tercer sitio en 2021 y que tuvo ese notable comienzo este 2022.
Sin embargo, tras esas tres primeras fechas en las que Ferrari tenía 39 puntos más que Mercedes y 49 respecto a Red Bull y Leclerc superaba por 46 a Verstappen, ha habido caos al interior del garaje transalpino. En la cuarta parada, en Italia, tras una mala arrancada, el monegasco terminó sexto, luego de un despiste y su compañero Carlos Sainz quedó fuera tras un choque; en el siguiente evento, ambos terminaron en el podio, aunque detrás del neerlandés, que ligó victorias para reducir la brecha.
En España, el auto de Charles se quedó sin potencia cuando era líder, a continuación, en Mónaco, el problema fue la estrategia: el local fue llamado a pits al mismo tiempo que su coequipero, por lo que tuvo que esperar y cuando salió encontró tráfico, para concluir cuarto.
En la siguiente competencia, en Bakú, ambos monoplazas rojos quedaron fuera por cuestiones técnicas, mientras que, en Gran Bretaña el triunfo de Sainz se dio después de otra mala planeación desde el pit wall. En Austria, el ibérico protagonizó el momento dramático cuando la unidad de potencia se incendió y más tarde, en Francia, Leclerc se equivocó y no terminó.
Todo eso hasta llegar a Hungría, donde ninguno pudo subir al podio. Así se escribe la historia de Ferrari este año, con siete abandonos en total, fallas en el manejo, retraso en las paradas de pits y al menos tres decisiones desafortunadas en la estrategia, que han costado varios puntos y dejan al Cavallino Rampante en una posición comprometida.
“Necesitamos mejorar y estar en la misma página porque siempre parece que algo sale mal y debemos resolverlo, al hablar como equipo, obviamente y primero entender nuestros errores y luego mejorar”, expresó Leclerc, en una crítica que recordó a la de Alonso hace casi una década por la falta de resultados.
Sin embargo, Binotto lo tomó con su calma característica: “No hay necesidad de cambiar, es cuestión de confianza, aprendizaje, construir, adquirir experiencia, habilidades, pero si hago un balance de la primera mitad de la temporada, no hay razón por la cual modificar, tenemos que entender lo sucedido (en Hungría) e intentar ser competitivos y lo hemos sido en las otras 12 carreras, no hay razón por la cual no podamos serlo en las siguientes”.
El problema en Ferrari es que conforme se extiende la sequía de trofeos, la competitividad deja de ser suficiente y en las nueve fechas restantes tras el descanso, la escuadra italiana deberá reflejar esa mejora en triunfos y podios, de lo contrario, Mattia podría ser la próxima víctima en la búsqueda por un líder ganador.
Origen: Mattia Binotto, el culpable del ridículo de Ferrari en Fórmula 1
