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Política Gurú
En un giro dramático de eventos, Ferrari reclamó la victoria en el Gran Premio de Australia, con Carlos Sainz al frente, dejando a Red Bull en el espejo retrovisor. Esta competencia marcó el fin de los dobletes de Red Bull vistos en Bahréin y Arabia Saudita, mientras que «Checo» Pérez se quedó sin podio.
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Desde la salida, la tensión fue palpable. Verstappen se aferró al liderato, pero fue perseguido de cerca por un determinado Sainz, mientras que Pérez caía al séptimo puesto. La verdadera emoción llegó en la segunda vuelta, cuando Sainz adelantó a Verstappen, quien pronto enfrentaría problemas técnicos que lo llevarían a abandonar la carrera.
Sainz mantuvo el control, liderando con confianza. Tras él, el campo de batalla veía cambios constantes. Norris y Leclerc se intercambiaban posiciones, y Pérez luchaba valientemente para avanzar. Sin embargo, después de su parada en boxes, Pérez se vio envuelto en una intensa disputa con Hamilton, quien eventualmente también tuvo que retirarse.
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El momento culminé llegó cuando Sainz y Alonso lideraron un 1-2 para Ferrari, demostrando su dominio. A pesar de los esfuerzos de McLaren por cambiar el juego y el avance de Pérez, no fue suficiente. El dramático final con el accidente de Russell aseguró la victoria de Sainz, seguido de cerca por Leclerc y Norris completando el podio, mientras que Pérez finalizó en quinta posición.
Sainz
