Nacional
Alejandro Gertz Manera es, por estos días, el problema más severo que enfrenta AMLO. El fiscal ya se mueve con total libertad, acusando a colaboradores del primer círculo del Presidente. Gertz opera con la autonomía que hasta hace algunos meses era solamente un componente discursivo para las mañaneras.
La pelea con Julio Scherer está en su momento más caliente: ayer se conoció el pedido de 40 años de prisión para los abogados Araujo-González-Peimbert-Robledo-Carrancá. A las pocas horas se conoció que la Suprema Corte ya había fijado fecha para tratar uno de los casos más sensibles para el titular de la FGR: la acusación contra Laura Morán -su cuñada- y Alejandra Cuevas -su sobrina política- por el presunto homicidio por omisión de su hermano Federico Gertz Manero.
Alejandra Cuevas lleva más de un año y medio en prisión, atravesando un pleito jurídico que estaría repleto de fallas procesales. Esa es justamente la revisión que tendrá en sus manos la Corte. El proyecto ya está redactado, y concedería los amparos en favor de la familia. Es la versión que dejó correr en las últimas horas Zaldivar.
El especial interés que despertó en Zaldívar esta disputa política. Derrotado en su ambición por seguir en la presidencia de la Corte, Zaldívar cree que tiene una ventana de oportunidad para desplazar a Gertz y quedarse con la Fiscalía. Recuperaría así una estelaridad que perderá en diciembre. Un proyecto ambicioso que lo moviliza.
Zaldívar estuvo muy activo en los últimos meses, en una suerte de cabildeo para reunir los votos en favor de la familia Cuevas. Votos que ahora dice tener. El primer movimiento astuto, le dice a sus interlocutores de confianza, fue turnar la carpeta al ministro Alberto Pérez Dayan, posiblemente el único que está blindado de posibles investigaciones de la Fiscalía. «No lo pueden presionar».
El titular de la Suprema Corte está convencido de que con la liberación de Alejandra Cuevas, Gertz Manero recibirá un revés que lo pondrá en una crisis política de magnitud. Sugiere que será el momento oportuno para intentar removerlo de la Fiscalía. La caracterización de un fiscal que persigue enemigos ayudaría a que la oposición conceda los votos en el Senado.
Este mismo tema desvela a López Obrador. Gertz ataca a su «hermano» Scherer de actos de extorsión y corrupción desde el corazón de Palacio Nacional, es decir en el ejercicio de un cargo de primer orden en su gobierno. ¿Cuánto falta para investigue a otros secretarios de su Gabinete o a gobernadores aliados?
Pero, ¿cómo remover a un fiscal que acusa a su histórico colaborador sin desatar una crisis institucional? Zaldívar intenta abrir una ventana de oportunidad para que AMLO encuentre respuestas. Y acaso para que el propio Zaldívar encuentre una nueva etapa en su vida política.
