Cuevas

Redacción

Política Gurú

Los cambios políticos siguen sorprendiendo en la CDMX. Sandra Cuevas y Alejandra Barrales, antes vinculadas a la coalición PAN-PRI-PRD, ahora abrazan la bandera de Movimiento Ciudadano (MC) como sus flamantes candidatas al Senado. Este giro, confirmado el 19 de febrero, pone de manifiesto el juego de lealtades fluctuantes en la política mexicana.

En un evento lleno de ceremonial en la sede de MC, Dante Delgado, cabeza del partido, recibió a Cuevas y Barrales con todos los honores. Este acto simbolizó no solo su incorporación sino también el desafío a la dinámica partidista tradicional. Gibrán Ramírez, anteriormente de Morena, se suma a este cambio, buscando una diputación.

Te puede interesar: Carlos Urzúa, Crítico de AMLO, Fallece.

La trayectoria de Cuevas y Barrales es de especial interés. Cuevas, exalcaldesa de Cuauhtémoc por la alianza Va por México, rompió con esta por diferencias irreconciliables, intentando incluso fundar su propia organización política. Barrales, por su parte, ha buscado constantemente posicionarse en roles de liderazgo, sin importar el color partidista.

Este panorama refleja una política de conveniencia, donde las ambiciones personales a menudo eclipsan las ideologías partidistas. La facilidad con la que los políticos cambian de afiliación sugiere una falta de compromiso con los principios que dicen defender, cuestionando la autenticidad de su servicio público.

Síguenos en LinkedIn para mantenerte siempre informado

El gobierno actual debe enfrentar críticas por permitir un ambiente donde prevalece el oportunismo sobre la política de principios. Este fenómeno no solo confunde al electorado sino que también mina la confianza en el sistema democrático. La responsabilidad recae en los líderes de todos los partidos para restaurar la integridad en la política, una tarea que parece cada vez más urgente.

La incorporación de figuras como Cuevas y Barrales a MC no es solo una cuestión de estrategia electoral. Es un reflejo de un sistema político que necesita revisión, donde la lealtad y la ética deben ser más valoradas que la simple ganancia de poder. La ciudadanía merece representantes que antepongan el bien común sobre sus ambiciones, un llamado que el gobierno debe escuchar y actuar en consecuencia.

Fuente El financiero

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *