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Redacción
Política Gurú
Después de 33 años, México fue testigo de un espectáculo astronómico: el eclipse total de Sol. Este evento captó la atención de muchos, quienes disfrutaron de un fenómeno inolvidable.
En la Ciudad de México, el eclipse alcanzó su apogeo a las 12:14 p.m., como se había pronosticado. A pesar de que en la capital se vio de manera parcial, la expectativa no disminuyó.
El 70 % del Sol fue cubierto por la Luna, sin provocar una oscuridad total. No obstante, la fascinación por el evento no decayó, observado a través de medios seguros por entusiastas del cielo.
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Al norte de México, donde la Luna ocultó completamente al Sol, el espectáculo fue aún más impresionante. Fenómenos como las Perlas de Baily y el Anillo de Diamante adornaron el cielo.
La corona solar se hizo visible a simple vista, un fenómeno descrito como un aura luminosa alrededor del Sol, pero solo desde zonas de totalidad.
Mazatlán, por ejemplo, disfrutó de la fase total a las 11:09 a.m., ofreciendo 4 minutos y 20 segundos de una vista directa y segura del eclipse.
El evento promovió la seguridad visual, recordando las precauciones necesarias para observar tales fenómenos.
Los científicos recalcan la importancia de estos eventos para el entendimiento astronómico y su precisión para predecir futuros eclipses.
El próximo eclipse visible desde México no será hasta el 2052, destacando la singularidad de este evento y la importancia de no perderse tales espectáculos celestiales.
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En Las Islas de la UNAM, estudiantes y familias se reunieron para observar. Equipados con herramientas caseras y telescopios, compartieron un momento de conexión con el cosmos.
Desde temprano, la comunidad buscó los mejores lugares para una observación óptima, una mañana que garantizó una experiencia memorable.
Este eclipse solar total no solo fue un momento de asombro colectivo sino también una oportunidad para aprender y maravillarse con el universo.
Eclipse
