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El nuevo circuito de Las Vegas, con sus tres extensas rectas, parece ideal para Ferrari, sin embargo, las bajas temperaturas nocturnas podrían complicar el manejo de los neumáticos. A pesar de adaptarse bien en teoría, Ferrari afronta dudas debido a las condiciones climáticas adversas.
Ferrari enfrenta retos en Las Vegas, una ciudad donde históricamente no ha obtenido grandes éxitos. A diferencia de los circuitos previos en el Caesar Palace, el nuevo diseño de Carsten Tilke promete velocidades récord, pero también genera incertidumbre en cuanto a la gestión de los neumáticos.
La configuración del SF-23 se ve afectada por la carrera nocturna y las fluctuantes temperaturas del desierto. Pirelli ha seleccionado compuestos más blandos, pero mantener la temperatura óptima de los neumáticos será un desafío clave.
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Los preparativos de Ferrari incluyen una decoración que rememora los años ochenta y ajustes en las configuraciones aerodinámicas. La estrategia se centrará en equilibrar las condiciones de carrera, con posibles ajustes inspirados en circuitos como Monza y Spa-Francorchamps.
Los entrenamientos libres serán cruciales para determinar la configuración final del SF-23, evitando cambios durante la calificación y la carrera. A pesar de las difíciles condiciones, no se anticipan problemas mecánicos significativos.
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Ferrari busca superar a Mercedes en el Campeonato de Constructores, con un enfoque más conservador por parte de sus pilotos, Leclerc y Sainz. La unidad de potencia de Leclerc, recientemente dañada, se usará con precaución en los entrenamientos.
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