Nacional
Redacción
Política Gurú
Sinaloa enfrenta una encrucijada sin fin, marcada por conflictos internos. El liderazgo del Cártel de Sinaloa se tambalea, enfrentando la rebeldía de los hijos de El Chapo, cuya fama en redes y alianzas con figuras públicas desafían las viejas costumbres. Esta situación interna captó la atención del presidente López Obrador, quien, sin ahondar, señaló una lucha entre facciones criminales.
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La estrategia pública de Los Chapitos, usando redes y violencia, ha provocado un cambio táctico gubernamental, incluyendo la movilización de fuerzas para combatir el tráfico de fentanilo. A pesar de esfuerzos por ocultar sus operaciones, la violencia escaló, desencadenando enfrentamientos directos y estrategias agresivas contra rivales y autoridades.
Recientes ataques subrayan la escalada de tensión. La eliminación de figuras clave y enfrentamientos con grupos rivales muestran una lucha por el control y la expansión territorial. Esta violencia desató represalias, incluyendo secuestros masivos que, aunque estratégicos, no buscaban eliminar líderes, sino demostrar poder.
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Este conflicto no solo pone en jaque al Cártel del Pacífico, sino que también cuestiona la capacidad de Los Chapitos para mantener su base en Sinaloa ante la presión de trasladar operaciones. La complejidad del conflicto señala un punto sin retorno, donde tanto autoridades como rivales buscan desmantelar a Los Chapitos.
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