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Redacción
Política Gurú
En una reciente conferencia, Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, desveló su visión sobre seguridad y justicia. Sin embargo, lo presentado parece ser un conjunto de intenciones más que un plan sólido. La propuesta incluye una revisión del sistema judicial, el fortalecimiento de la Guardia Nacional, y una mayor coordinación entre la policía estatal y las fiscalías. Aunque Sheinbaum insiste en la lucha contra la corrupción, las medidas concretas brillan por su ausencia.
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Con un enfoque en la guerra contra el narco, la ex jefa de Gobierno apunta hacia la corrupción como raíz del problema de seguridad. A pesar de esto, detalla poco sobre cómo su administración abordaría este flagelo de manera efectiva. El fortalecimiento del Centro Nacional de Inteligencia y la creación de un Sistema Nacional de Inteligencia son promesas que necesitan más claridad en su implementación.
Su insistencia en integrar al titular de la Fiscalía General de la República en el gabinete de seguridad parece una medida superficial sin una estrategia clara de colaboración. Además, las declaraciones de Arturo Zaldívar sobre la necesidad de reformar el Poder Judicial resaltan la politización de la justicia, aunque el cómo se realizará esa reforma sigue siendo un misterio.
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Omar García Harfuch propone aumentar la vigilancia en las carreteras y un plan contra el crimen organizado enfocado en las finanzas y la cadena de suministro de drogas. Aun así, la efectividad de tales medidas depende de una ejecución precisa y de políticas que hasta ahora no han sido detalladas.
En resumen, la estrategia de Sheinbaum parece ser un compendio de buenas intenciones sin una hoja de ruta clara. El enfoque en la corrupción y la coordinación interinstitucional es válido, pero carece de la profundidad y el detalle necesarios para enfrentar desafíos tan complejos. Las promesas de reforma y fortalecimiento institucional necesitan más que palabras; requieren acciones concretas y transparentes.
Sheinbaum
