García

Opinión

Serpientes y Escaleras

Salvador Garcia Soto

El Universal

La decisión unánime de los 12 integrantes del Jurado que deliberó en el juicio en contra de Genaro García Luna, en la Corte Federal del Este de Nueva York, fue que el mexicano es culpable de los delitos de narcotráfico –por tráfico, importación, distribución y comercialización de cocaína en territorio de los Estados Unidos–, no sólo durante los 12 años en los que fungió como director de la AFI, en el sexenio de Vicente Fox, y como secretario de Seguridad Pública de México, durante el gobierno de Felipe Calderón, sino aun después de haber concluido esos cargos, durante los siete años transcurridos entre 2012 y el 2019, cuando fue detenido por autoridades estadounidenses en Dallas, Texas.

La precisión del tiempo que hicieron ayer los miembros del Jurado al leer su veredicto es de lo más importante, porque de acuerdo con abogados expertos tanto de México como de Estados Unidos, si la culpabilidad de García Luna se hubiera referido solo a sus años como funcionario federal de la seguridad en México, los delitos que le imputó la Fiscalía de Nueva York podrían haber prescrito de acuerdo con las leyes estadunidenses y su defensa hubiera podido apelar con facilidad la declaración de culpabilidad; a sabiendas de eso, el veredicto de los 12 hombres y mujeres que deliberaron por dos días hasta llegar a un acuerdo unánime, mencionó puntualmente que Genaro García Luna cometió esos delitos, durante sus años como funcionario del gobierno de México y aun en los años siguientes cuando ya no ocupaba esos cargos.

A partir de la conclusión del Jurado, que considera que quien fuera el funcionario estrella y hombre fuerte de la seguridad durante el calderonato y un colaborador importante al dirigir la Agencia Federal de Investigaciones con Fox, lo que queda en entredicho y también bajo sospecha no es sólo la imagen de García Luna, que es declarado como narcotraficante y protector de Cárteles, sino también la política de seguridad de México durante los dos gobiernos panistas que dirigieron el país entre el año 2000 y el 2012.

Ya no sólo Felipe Calderón, que le dio todo el poder como secretario de Seguridad y hombre de toda su confianza, sino también Vicente Fox, que lo tuvo de 2001 al 2005 dirigiendo a la agencia federal que debía investigar, acusar y detener a los capos del narcotráfico en México, mientras lo que en realidad hacía, ya desde esos años, según el veredicto del Jurado, era brindar protección al Cártel de Sinaloa, a cambio de millonarios sobornos que le pagaban los criminales.

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Es claro que, ante la avalancha de testigos que presentó la Fiscalía de NY (26 en total, de 70 que tenía registrados) y ante la falta de pruebas de los dichos, narraciones y acusaciones que cada uno de ellos hizo sobre la participación de García Luna como protector, promotor e impulsor del Cártel de Sinaloa, los miembros del Jurado decidieron que incluso sin suficientes evidencias de las afirmaciones de los testigos –la mayoría de ellos narcos confesos y expolicías que fueron detenidos o tuvieron problemas con el acusado–, existía la “duda razonable” sobre la culpabilidad del exfuncionario mexicano y por eso lo declararon culpable de los cinco cargos por los que fue enjuiciado, incluido el de haber mentido, con declaraciones falsas, cuando solicitó la ciudadanía estadunidense.

Por supuesto que este veredicto, que ayer corrió como reguero de pólvora en los medios, las redes y la opinión pública en cuanto fue leído en privado en la Corte de Brooklyn, tendrá distintas interpretaciones y reacciones, según quien lo comente. Para el presidente López Obrador, por ejemplo, será festejado hoy en su mañanera como un triunfo político del mandatario que gritará a los cuatro vientos “se los dije” y aprovechará la declaración del Jurado para reiterar sus acusaciones y señalamientos en contra de la inutilidad y perversidad de la guerra contra las drogas de su némesis Felipe Calderón y de la corrupción de los “gobiernos neoliberales”.

Para el expresidente Calderón, que ha insistido en deslindarse de las actividades ilícitas de su secretario de Seguridad, diciendo que nunca estuvo enterado de lo que hacía su cercanísimo colaborador, el veredicto contra García Luna será, a querer o no, un duro golpe. No solo porque dañará su imagen y atizará las campañas de odio en su contra promovidas por los radicales y fanáticos de la 4T, sino porque también debilita el reciente posicionamiento político del exmandatario, que proclamó la necesaria resurrección de la oposición a partir de su apertura a la sociedad civil, como condición para derrotar a Morena y frenar a la “dictadura populista” de López Obrador en el 2024.

Incluso para el PAN, aunque desde hace años ya no es su militante, el haber auspiciado durante los dos sexenios que gobernaron al país a funcionarios como García Luna, la culpabilidad declarada desde Nueva York será una fuerte losa que, por más que intenten deslindarse, afectará al partido cuyos gobiernos también fueron señalados y juzgados en la Corte de Brooklyn.

Pero más allá de las posiciones políticas y de la polarización que ha rodeado el seguimiento de este juicio, en realidad el veredicto de culpable alcanza también a todo un país que, como México, ha sido tolerante, cómplice y protector de los capos y sus cárteles. Porque lo que al final también fue juzgado en Nueva York, es el emporio de las drogas mexicano que, con su violencia e impunidad, ha sobrevivido lo mismo a la era de la paz narca del PRI, que creó y auspició el negocio ilegal del narcotráfico, a la efímera era panista que hoy queda señalada como continuadora y protectora de esa industria criminal, y que ha cobrado fuerza y ganado territorios en la 4T, con la política defensora de sus derechos humanos y los “abrazos, no balazos” del lopezobradorismo.
Notas indiscretas. . .

La aprobación del llamado Plan B la noche del lunes en las Comisiones del Senado, ocurrió como se esperaba con el voto de la mayoría de Morena y un debate casi de trámite de la oposición que ya quería que se aprobaran los dictámenes para que pasen al pleno y, una vez votados a favor y publicados, poder controvertirlos ante la Corte. Lo más grave es que entre las prisas de unos y los apuros de otros, a nadie le importó demasiado que el Senado terminara convalidando las violaciones graves que cometió la Cámara de Diputados al proceso parlamentario, al aprobar dictámenes que fueron modificados, adicionados y hasta cambiados después de su aprobación, una falta legal y constitucional que incluso podría ser causal de que en la Suprema Corte terminaran por invalidar o declarar inconstitucionales varias de las reformas secundarias de López Obrador en materia electoral. Por lo pronto, sí hubo senadores de la oposición que, aunque sabían que no iba a servir de mucho, dejaron constancia en las minutas de la sesión de Comisiones, de la atrocidad que estaban validando los oficialistas que se hicieron de la vista gorda ante las violaciones parlamentarias. Una de esas voces fue la de la senadora priista Claudia Ruiz Massieu, quien al emitir su voto en comisiones dijo: “Yo no sé cuál sería la salida, nada más digo que entre más resuelvo más me confundo, porque más claro me queda que estuvo mal la Cámara de Diputados, que estuvo mal la Mesa Directiva del Senado en recibir la minuta y estamos pésimos nosotros, tratando de convalidar, aún con el voto de un dictamen que reitera lo que ya se había votado y por eso no puede separar el 12, no hay articulado y es un poco extraño, pues estaríamos reafirmando una violación al proceso legislativo que contiene el 72”. ¿Así o más claro?… Como dijera el mítico programa de Televisión de Ripley’s, ¡Aunque Ud. No Lo Crea!, ayer por la tarde, en el Palacio del Ayuntamiento tuvo lugar una reunión entre Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal. La Jefa de Gobierno invitó a dialogar al líder del Senado y durante casi una hora las dos corcholatas que han sacado chispas y se han acusado de todo, estuvieron hablando tranquilos, acordando un pacto de no agresión y una unidad que a estas alturas se ve muy difícil de que sea del todo real. Quién sabe si la idea de este encuentro tan inesperado fue de Sheinbaum, de Monreal o si se los “sugirió” o de plano se los ordenó ya saben quién, pero lo que es un hecho es que la reunión tuvo lugar y, quizás para calmar tanta tensión y nerviosismo, nos cuentan que los dos, tanto la Jefa como el Senador tomaron durante la plática un tecito de manzanilla bien cargado. Al final fue Monreal quien subió a sus redes sociales un video donde se les ve a los dos caminando por los pasillos del Palacio municipal, siempre separados casi un metro uno del otro y con un lenguaje corporal rígido y tenso, pero tratando de convivir mientras admiraban la sala de cabildos, una campana de independencia y otras curiosidades del histórico edificio, para al final despedirse con un rápido y seco beso en las mejillas. “Una reunión amigable, la que sostuvimos hoy con la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. La cortesía política, la diplomacia y las buenas formas sin acciones que siempre debemos privilegiar”, dijo el zacatecano en su tweet. ¿Será que lo cortés no quita lo valiente o será que Monreal ya dio su brazo a torcer y se queda en la 4T?… Los dados mandan una tercera Escalera. Buena racha.

Origen: Veredicto: García Luna fue narco con Calderón y aun después

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