Xóchitl

Opinión

Historia de NegoCEOs

Mario Maldonado

El Universal

Xóchitl Gálvez es la candidata de la oposición que más temen en Morena. Lo mismo Claudia Sheinbaum que Clara Brugada o el propio Andrés Manuel López Obrador la ven como una amenaza por su perfil: viene de abajo, lleva años defendiendo a los pueblos indígenas, no tiene escándalos políticos, ha sido gobernante de una de las principales alcaldías de la CDMX, es empresaria y la quieren las clases medias y altas; además, no habla como política: desdeña las frases sofisticadas y los lugares comunes; usa el lenguaje del “pueblo”, ese que aprendió bien López Obrador durante sus incansables giras por el país y que hoy es uno de sus principales activos políticos.

Xóchitl Gálvez también tiene algo que se necesita para atraer simpatizantes y ganar elecciones: carácter y conocimiento de los problemas de un país tan complejo y desigual como México. Todos estos activos, incluida la “terquedad” —ya compitió por la gubernatura de su estado natal, Hidalgo, y quedó en segundo lugar— son muy parecidos a los de López Obrador. Por eso el presidente más que nadie la ve como la principal amenaza de su sucesión y de su proyecto político. Ayer López Obrador dijo que la oposición es tan predecible que “en dos o tres días él anunciaría quién va a ser su candidato” en el 2024. “Estoy seguro de que no me voy a equivocar”, afirmó.

Si el presidente quiere catapultar a Xóchitl Gálvez en las encuestas, entonces dirá su nombre. Pero López Obrador no es ingenuo y, por el contrario, sabe lanzar esas bolas rápidas. Lo más probable es que anuncie a alguno de sus “enemigos favoritos”, como Claudio X. González.

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El presidente no ha sabido cómo responder la réplica que le ordenó una jueza que debe otorgarle a Xóchitl Gálvez en Palacio Nacional. Si no se ha podido sacudir eso, menos la pondría en boca de todos al mencionarla como lo que realmente considera que es: su adversaria más peligrosa; no solo para él, sino para su “hija política”, Claudia Sheinbaum, con quien podría enfrentarse cuerpo a cuerpo en la elección presidencial del 2024.

El primer problema a vencer para la senadora hidalguense es su propio partido, el PAN. El método anunciado este lunes por la alianza opositora Va por México y las organizaciones ciudadanas dejó dudas. Parece diseñado para quienes tengan dinero y estructura partidista, pues lograr las 150 mil firmas y luego ser competitivos en las elecciones primarias que se plantearon no se ve fácil para quien no cuente con esos recursos. Ayer mismo Xóchitl Gálvez advirtió que si no se contemplan los medios digitales para las consultas ciudadanas, evalúa no participar en el proceso para elegir al candidato o candidata presidencial.

A Xóchitl la tachan de haber escuchado el “canto de las sirenas”, pues al intentar competir por la candidatura presidencial del 2024 dejaría de lado la carrera por la Ciudad de México, donde también está bien posicionada. Dicho viraje se atribuye a su exjefe, Vicente Fox, quien la habría convencido de pelear por la Presidencia. También se le endilga a algunos empresarios como el líder moral de la resistencia empresarial, Claudio X. González. Xóchitl está en ese dilema que va a resolver en las próximas horas.

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Haya sido, como haya sido, a la cúpula del PAN le conviene esta decisión. Su líder Marko Cortés y su principal aliado en la Cámara de Diputados, Jorge Romero, tenían reservada la candidatura para el actual alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada; también habían prometido la candidatura presidencial a Santiago Creel, y si las reglas no le acomodan Xóchitl podría dejarle el camino libre el líder de los senadores panistas. El PAN llevará mano en la elección de la mayoría de los candidatos en 2024, incluidos la Presidencia y la CDMX.

Aquí es donde podría suscitarse una ruptura de Xóchitl Gálvez con el PAN, el partido donde la ven como una outsider. Y entonces sí, Movimiento Ciudadano la podría acoger, ya sea para competir por la candidatura de la capital o por la Presidencia. La hidalguense tendría tiempo para definir su futuro: si se retira del proceso interno para la candidatura presidencial, aún podría competir por la de la alianza en la CDMX, aunque el método sería similar, lo que probablemente tampoco le favorezca.

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Como sea, el partido de Dante Delgado ya anunció que será hasta el 5 de diciembre cuando definirá a su candidato presidencial. La alianza opositora pretende tener al suyo el 3 de septiembre y Morena tres días después, el día 6. Pase lo que pase, Xóchitl Gálvez tendrá tiempo para reubicarse en MC. Quizá esa sea la “sorpresa” que esbozó ayer, saliendo de la reunión con los partidos de oposición y las organizaciones ciudadanas.

La carrera por la CDMX y la Presidencia pintan muy femeninas. Xóchitl Gálvez podría enfrentarse eventualmente con la actual alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, en el primer caso, y en el segundo con la exjefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Con cualquiera de las dos se anticipa que sea muy competitiva. Elecciones de pronóstico reservado. Lo saben en Morena y en Palacio. El presidente López Obrador lo ha comenzado a aquilatar y su estrategia es meterse a fondo en el proceso de la oposición. Veremos hasta dónde le alcanza.

Posdata

Y ahora que los tres dirigentes partidistas de la Alianza Va por México, Marko Cortés, del PAN; Jesús Zambrano, del PRD, y Alejandro Moreno, del PRI, acordaron que serán los ciudadanos quienes elegirán a los tres aspirantes con mayor respaldo ciudadano en el país, tampoco se descarta que el aspirante presidencial sea un ciudadano de a pie.

Y es que si bien 150 mil firmas para el registro pueden considerarse un mero trámite —aproximadamente 500 ciudadanos por distrito electoral—, hay algunos que tienen fama en las redes y en los medios, aunque no son muy conocidos a ras de suelo.

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Ya se bajó Germán Martínez, expresidente del PAN, y Mauricio Vila, gobernador de Yucatán. Damián Zepeda, otro expresidente del PAN, ni siquiera fue a la presentación del método; Ricardo Anaya, excandidato presidencial y expresidente del PAN, es un perseguido político y está fuera del país. Así que no sería sorpresivo que, efectivamente, una candidatura ciudadana también sea muy competitiva.

Origen: Xóchitl Gálvez: la candidata que temen en Palacio

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