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Ante a la detención de Jaime «El Bronco» Rodríguez Calderón, Andrés Manuel López Obrador se tomó la libertad de recomendar al gobierno regio «no fabricar delitos, pero tampoco permitir impunidad»; no obstante, al mismo tiempo guardó silencio sobre el caso del fiscal Gertz Manero, que apunta a un asunto de corrupción.
Durante su conferencia de este jueves, el Presidente no desaprovechó la oportunidad para deslindar a su Gobierno sobre la detención del exgobernador regio: «No es nada vinculado con nosotros, es un asunto del Estado de Nuevo León. Yo me enteré ayer ya cuando lo habían detenido», aclaró.
Además, se pronunció por transparentar las causas de esta detención: «Lo que siempre aconsejo es que no se debe de utilizar la ley para venganzas políticas, no se pueden fabricar delitos ni debe haber impunidad«. Llamativas sus palabras respecto a este caso, pero su silencio sepulcral sobre Alejandro Gertz Manero. Desde hacer dos días que el Presidente no se refiere a su fiscal, golpeado por la Suprema Corte.
Más allá de su posición pública, La Política Online reveló ayer que desde Palacio Nacional avalaron la detención del Bronco, por considerar que es también un duro golpe hacia las candidaturas independientes. Una suerte de advertencia para los proyectos que se quieren promover desde sectores de la sociedad civil o el empresariado, que son terrenos de conflicto para la administración de López Obrador.
«El caso Gertz no es un asunto legal, es político»
Esta postura contundente sobre El Bronco cambia completamente cuando se trata del caso del titular de la fiscalía, pues al ser cuestionado sobre quién tendría que investigar a Gertz Manero ante un posible acto de corrupción al intentar incidir en el proyecto contra Alejandra Cuevas, el Presidente parece no ver el posible delito.
«Este asunto insisto lo está viendo la Suprema Corte y hay que esperar a que resuelvan. Ya no es el tiempo de antes. Me canso de decirlo: la fiscalía ni el Poder Judicial dependen del Presidente», respondió en primera instancia el mandatario.
Con esta respuesta, López Obrador aludió a la resolución que deberá tomar la Suprema Corte de Justicia en torno a Cuevas, pero no al cuestionamiento concreto en torno a las llamadas filtradas en donde el Alejandro Gertz Manero habla sobre el proyecto presentado por Alberto Pérez Dayán y que finalmente fue rechazado pues los ministros resolvieron que se debe ir a fondo.
Al volver a ser cuestionado, insistiendo en que la pregunta se relaciona con esta conversación, en donde el fiscal estaría moviendo las piezas a su favor, el mandatario lanzó su defensa: «Los propios ministros deben abrir una investigación, o los que se sientan afectados por esas llamadas. Yo no tengo esa facultad».
Además señaló que él puede hacer una recomendación política, moral – justo como lo hizo minutos en el caso de Nuevo León-, «es lo que hago con todos los que nos atacan. Pero no voy presentar una denuncia por difamación, calumnias. No es un asunto legal, es político. Así lo entiendo», puntualizó.
