Brugada

Metropolitano

Redacción

Política Gurú

La elección de Clara Brugada como candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México marca un hito decisivo. Sustituyendo a Claudia Sheinbaum, aspirante presidencial, Brugada emerge como una figura clave en el partido de Andrés Manuel López Obrador. Exalcaldesa de Iztapalapa, se impuso en la contienda interna, superando a Omar García Harfuch, exjefe de policía, merced a las normativas de paridad del Instituto Nacional Electoral (INE), a pesar de su posición secundaria en las encuestas.

Con cuatro décadas de experiencia política, Brugada se destacó por su disciplina y compromiso con la unidad del partido, especialmente en la crucial etapa final de la carrera por la capital. Evitó ataques directos a sus rivales, manteniendo la compostura incluso cuando las encuestas no la favorecían. Confiaba en su fortaleza como una de las mujeres más competitivas de Morena, tal como lo reflejó su discurso: “Es momento de unidad, de sumar y construir entre todas y todos”, subrayando la importancia de la transformación colectiva.

La campaña de Brugada estuvo marcada por la perseverancia y la resistencia ante adversidades. A pesar de los rumores y las tensiones previas al anuncio de los resultados, se mantuvo firme y centrada, esperando pacientemente el pronunciamiento oficial de la dirigencia del partido en el Hotel Camino Real de Polanco.

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En el marco de las directrices de Mario Delgado, líder de Morena, Brugada respetó las reglas del proceso sucesorio, aunque siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Su lema, inspirado en Sheinbaum, “Es tiempo de mujeres”, resonó con fuerza, validando su enfoque en la participación política femenina. Este enfoque se alineó perfectamente con el impulso del INE hacia una mayor representación de las mujeres en la política.

Apoyada por las bases del partido, Brugada se ganó el apoyo de un grupo conocido como Los Puros, defensores de la línea ideológica de Morena y guardianes de sus principios. Su trayectoria como activista social en el oriente de la ciudad y su lealtad al proyecto de López Obrador, sumada a su compromiso con una agenda progresista centrada en las mujeres, la convirtieron en la favorita. En contraste, García Harfuch, con un perfil más enfocado en la seguridad y una genealogía política distinta, representaba una opción fuerte pero divisiva.

En entrevistas, Brugada enfatizó la importancia de superar los obstáculos que enfrentan las mujeres en la política, destacando la necesidad de leyes que promuevan la igualdad de género. Reconoció la existencia de un techo de cristal, pero también destacó su trayectoria de éxito basada en su propio esfuerzo y mérito.

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Graduada en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana, Brugada ha utilizado su gestión en Iztapalapa como una plataforma para su candidatura, enfocándose en intervenciones urbanas que buscan reducir las desigualdades. Su programa estrella, las utopías, buscaba crear espacios de recreación y cerrar brechas sociales. Su campaña no solo se centró en estrategias electorales, sino en construir un movimiento inclusivo y motivador.

Durante el último acto de campaña, sus seguidores expresaron su apoyo con entusiasmo, subrayando su posicionamiento como la única candidata auténticamente progresista. El progresismo de la ciudad reconoció la importancia de esta elección para el futuro político de la capital.

Un desafío significativo para Brugada es su capacidad para atraer a un espectro más amplio de votantes, incluyendo aquellos desencantados con Morena. La capital, dividida en términos de desigualdades, necesita un enfoque unificador. Brugada se comprometió a construir una agenda progresista y moderna que atraiga a distintos sectores de la sociedad.

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Además de su experiencia en Iztapalapa, Brugada ha sido diputada federal y local, integrante del Congreso Constituyente de la capital y fundadora de Morena. Su candidatura a la Jefatura de Gobierno representa el punto más alto de su carrera política, siempre enfatizando la importancia de los principios sobre las aspiraciones personales.

En su vida personal, Brugada ha priorizado su carrera política, manteniendo su vida privada fuera del escrutinio público. Se ha enfocado en representar y gobernar justamente, especialmente en temas relacionados con las mujeres. Ahora, como candidata en la capital, enfrenta el reto de mantener y defender el legado de la izquierda en México.

Fuente El País

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