Economía
En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la canasta de más de 100 tipos de alimentos usados por el INEGI en la medición de la inflación se ha encarecido 28%, rebasando la carestía en periodos iguales de los últimos tres sexenios.
En la administración de Enrique Peña Nieto la inflación alimentaria se elevó 16% del 1 de diciembre de 2012 al 30 de abril de 2016, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor del INEGI.
En tanto, con Felipe Calderón se acumuló un incremento de 27% durante sus primeros 41 meses, y con Vicente Fox Quesada la tasa fue de 19%.
Sin embargo, el alza actual está lejos de lo observado a finales del siglo pasado, durante el periodo equivalente del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando el encarecimiento de alimentos fue de 157%.
La carestía se debe a varios factores como la volatilidad de los precios de las materias primas, los aumentos en el costo del maíz, trigo y soya, además de problemas relacionados con la sequía y últimamente con la guerra entre Ucrania y Rusia.
Efecto importado
“Esto está provocando que no sea una inflación creada, sino importada, porque no controlamos los mercados”, estimó Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
En su opinión, el caso de frutas y hortalizas que tienen la más alta volatilidad depende de la estacionalidad de los climas, lo que se refleja sobre todo en incrementos importantes en precios del aguacate, limón y cebolla.
Además, dos eventos relevantes distorsionaron la estabilidad de los precios de alimentos: la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también la crisis generada por la pandemia de Covid-19, la cual modificó patrones de consumo de la población, reorientando su gasto hacia los alimentos.
“Ese cambio en la composición del patrón del gasto por la pandemia hizo que la inflación tuviese un efecto de alza muy importante, porque justamente el cambio del patrón de consumo se está orientando al grupo de genéricos que tenía la mayor ponderación”, comentó a su vez Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector.
Ese es un factor de demanda que impulsó los precios de las mercancías a raíz de la crisis sanitaria, pero después hubo choques de oferta que también impulsaron los precios, agregó.
Anaya advirtió que otro factor que provoca alzas es que la cosecha de Estados Unidos se retrasó por aspectos climáticos. Hoy los precios del maíz son los segundos más altos en la historia desde 2012, y del trigo también, pero desde 2008, agregó.
Por otra parte, el alza en materias primas del sector pecuario como el maíz y la pasta de soya ha provocado aumentos en los precios de la carne de res, cerdo, pollo, huevo y la leche pasteurizada, “que son los productos súper básicos”, destacó Anaya.
“A diferencia de otros años, no se habían presentado eventos adversos a nivel internacional tan agudos y seguidos que produjeran este tipo de comportamiento”, comentó Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey.
Si bien en la década de 2000 hubo un alza importante en los precios de materias primas, particularmente de ciertos alimentos, no se combinó con otros acontecimientos externos.
Los analistas coinciden en que la mayoría de medidas incluidas en el Pacto contra la Inflación y la Carestía (Pacic) son positivas, pero advierten que van a tener un impacto no de corto plazo, sino posterior a los seis meses, e incluso después de un año.
“Me parece que durante este año continuará la carestía y no será sino hasta finales de 2023 o a más tardar a mediados de 2024 que ya podamos ver que el nivel de precios converge hacia los objetivos del Banco de México”, estimó Magaña.
Origen: Con AMLO, peor inflación alimentaria desde Zedillo