Nacional
Redacción
Política Gurú
En México, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado las dificultades educativas, especialmente entre los estudiantes de bajos recursos. Un informe del Banco Mundial revela un alarmante aumento del 25 % en la incapacidad de leer textos sencillos entre estos alumnos. Esta situación es aún más crítica en México, comparado con otros países americanos, donde incluso los estudiantes de estratos altos han mostrado un decremento del 15 % en habilidades de lectura.
Expertos en educación y ONGs critican la falta de estrategias gubernamentales para abordar este declive en el aprendizaje. Sin una acción inmediata, advierte el Banco Mundial, se comprometerá la productividad y el bienestar futuro de una generación entera. Se estima que este retroceso educativo podría reducir los ingresos de vida de los estudiantes actuales en un 12 %.
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América Latina, en general, enfrenta serias repercusiones en la educación. El Banco Mundial señala que el nivel de aprendizaje en asignaturas clave como lectura y matemáticas ha retrocedido más de una década. La mayoría de los estudiantes de sexto grado, alrededor del 80 %, no logran comprender textos de longitud moderada.
El problema trasciende el COVID-19, siendo parte de una crisis educativa más amplia. La solución requiere medidas urgentes para asegurar que la educación actual sea al menos tan efectiva como la de generaciones pasadas.
Érik Avilés, del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación, y Alma Maldonado, del Cinvestav, resaltan la urgencia de actuar para evitar un impacto negativo duradero en el desarrollo y bienestar de las próximas generaciones. La falta de estrategias de recuperación por parte de la Secretaría de Educación Pública es preocupante, y las autoridades educativas deben priorizar la garantía de derechos educativos para todos los niños y jóvenes en México.
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Marco Fernández Martínez, de México Evalúa, advierte sobre las consecuencias de la inacción, que podría limitar el desarrollo y la movilidad social de los estudiantes afectados. La indiferencia actual podría resultar en un alto costo para muchos niños y adolescentes en su futuro laboral y educativo.
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