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Marcelo Ebrard se ha convertido en una figura central en el panorama político de Morena. En la Ciudad de México, asesora la campaña de Clara Brugada y apoya a los candidatos morenistas en diversas alcaldías. En la esfera presidencial, se mantiene cerca de Claudia Sheinbaum, con quien estuvo el pasado domingo en el último debate.
Esta dualidad entre dos equipos rivales se ve cómo una ventaja para Ebrard, posicionándolo como un posible candidato para la Secretaría de Gobernación si Morena gana el 2 de junio. Su capacidad para manejar relaciones tensas dentro de Morena quedó clara ayer. El periódico La Jornada, alineado con Sheinbaum, publicó una columna señalando que la elección de Brugada es complicada y que Morena podría perder hasta 10 alcaldías.
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Además, Ebrard tiene vínculos con la oposición, lo que podría facilitar la negociación de acuerdos, una habilidad que Mario Delgado no posee debido a conflictos recientes. En la Secretaría de Gobernación, Ebrard podría desempeñar un papel crucial en la relación bilateral con Estados Unidos, especialmente en temas migratorios, independientemente de si los demócratas o los republicanos ganan la próxima elección.
En el equipo de campaña de Morena, creen que Ebrard tendrá un papel central en el nuevo gabinete, a menos que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo vete. La relación entre Ebrard y López Obrador no ha mostrado signos de recuperación desde una disputa interna en Morena a finales del año pasado. En una entrevista reciente, Ebrard sugirió que López Obrador no tendrá influencia una vez que deje el poder, una declaración que no fue bien recibida en Palacio Nacional. Hace dos meses, Sheinbaum hizo una observación similar, lo que provocó una queja desde el entorno presidencial, y desde entonces ha evitado el tema.
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El camino a la Secretaría de Gobernación está disputado. Además de Mario Delgado, Zoé Robledo quiere dejar el IMSS para asumir ese cargo, y Luisa María Alcalde también se considera para el puesto en un eventual gobierno de Sheinbaum. La coordinación del Senado también es una posibilidad, aunque Adán Augusto López Hernández ya cuenta con el apoyo de 15 senadores morenistas.
En resumen, Ebrard se encuentra en una posición estratégica, equilibrando entre Sheinbaum y Brugada, y es un fuerte contendiente para un papel clave en el futuro gobierno de Morena.