Nacional
Por fin el nuevo Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles (AIFA) hoy toma vuelo pero con turbulencias por su opacidad, contratos sin licitar, empresas de reciente creación con adjudicaciones multimillonarias, proveedores vinculados a factureros e incluso contratistas con antecedentes de corrupción.
Y además de todo esto, no se terminaron los accesos y la llegada a la terminal será un tormento para los viajeros.
Los mandos militares que estuvieron al frente de la construcción del aeropuerto en Santa Lucía asignaron prácticamente el 100 por ciento de los contratos sin licitación, muchos de ellos a proveedores sin experiencia o que carecían de infraestructura o instalaciones.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revisó una muestra de mil 233 contratos que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asignó para la obra de Santa Lucía.
De los contratos revisados, el 77 por ciento se asignó por invitación restringida a proveedores elegidos por los mandos militares y el 23 por ciento por asignación directa.
Un empresario ligado a una compañía «fantasma» que envió toneladas de leche a Venezuela a través de un presunto testaferro de Nicolás Maduro, obtuvo dos contratos hasta por 184.5 millones de pesos para vender acero.
La empresa Prometallic, con sede en Monterrey, es propiedad de Humberto Marcos Corella, quien durante 12 años fue socio y administrador de Grupo Brandon, la empresa que lavó dinero a Alex Saab, detenido en EU.
Pero Grupo Brandon después fue propiedad de dos jóvenes de colonias populares sin experiencia empresarial, que en octubre pasado denunciaron ante la Fiscalía de Nuevo León que les falsificaron su identidad.
Con solicitudes de acceso a la información, MCCI obtuvo copia de los contratos de los diferentes frentes de construcción del aeropuerto, pero la Sedena sólo entregó mil 233 de ellos, por un monto de 17 mil 385 millones de pesos, que representan alrededor de una cuarta parte del costo total de la obra.
Es decir, los detalles de cómo se gastaron 3 de cada 4 pesos están en la opacidad.
De acuerdo con la página oficial de la construcción del aeropuerto, sólo existen 20 frentes en construcción, pero MCCI identificó que había registro documental de al menos 26 y son los que fueron solicitados vía transparencia.
Esos frentes corresponden, por ejemplo, a la adquisición de insumos y equipo para las obras de la torre de control, las pistas centrales, la terminal de pasajeros y el estacionamiento del aeropuerto, entre otros espacios.
La Sedena sólo accedió a entregar información de 23 de los 26 frentes solicitados por MCCI, y negó documentos de las obras correspondientes a la interconexión vial del tramo El Caracol a Caseta Tultepec y los tramos del AICM-Terminal 2-El Caracol.
La información no se entregó con el argumento de que dichos frentes no se encontraban en proceso de ejecución, por lo cual no se habían realizado contratos.
En total, MCCI detectó que la construcción del aeropuerto está conformado por al menos 48 frentes.
Además de negar acceso a todos los frentes de la obra, la Sedena entregó a MCCI expedientes incompletos.
Todos los contratos, a los que se tuvo acceso son básicamente de la compra de materiales, así como la renta y adquisición de equipos electrónicos y de transporte.
Ninguno corresponde a las obras ejecutadas en el lugar y que estuvieron a cargo de ingenieros militares.
Origen: Inicia AIFA con contratos opacos y sospechosos