Inflación

Economía

La escalada inflacionaria en el rubro alimentos ya es un tema de conversación en las reuniones del amanecer en Palacio Nacional. Hace dos semanas que Andrés Manuel López Obrador pide los precios referenciales de diversos productos y, pide también los datos de los empresarios detrás de esas alzas.  Tiene una particular fijación con la tortilla y Grupo Gruma, propiedad del regiomontano Roberto González Barrera, un empresario que en privado tiene tono muy crítico contra la 4T.

La inflación en alimentos toca una fibra muy sensible en el Gobierno porque impacta de lleno en los sectores más vulnerables que es donde se encuentra el capital electoral del presidente. La semana que viene se harán sondeos para conocer hasta que punto la inflación puede erosionar el nivel de imagen de López Obrador.

Al término del primer trimestre del año la inflación se ubicó en su nivel más alto en los últimos 21 años y a su interior, el componente que más preocupación imprime es la tendencia alcista en los alimentos, pues a tasa anualizada, ya muestra un incremento de 10.1%, mayor que el alza general, que se ubica en 7.45%.

Si bien el componente de los energéticos había sido centro de preocupación por su fuerte incremento en los últimos años, la tendencia alcista ya no es tan marcado como lo es en el caso de los alimentos, un componente que tiene una marcada repercusión en el gasto social, pero también en las expectativas de la inflación general.

De acuerdo con Ivan Arias director de Estudios Económicos de Citibanamex, aún vienen quincenas de más incrementos y su pico podría alcanzarse hacia el segundo semestre del año, aunque con una desaceleración paulatina que tendrá mayor lugar hasta la primera parte del 2023, lo que seguirá siendo un reto para que Banco de México pueda regresar a su objetivo de 3%.

Esta proyección revela que para la segunda mitad del año será el factor de alimentos el que represente la mayor presión para el Índice de Precios al Consumidor, pues el consenso de los especialistas prevé que haya un descenso por el lado de energéticos hacía la segunda mitad de este año.

Por ejemplo, Citibanamex proyecta que los precios del crudo podrían bajar hasta los 83 dólares por barril, mientras que Barclays señala que la expectativa es que se ubique por debajo de los 120 dólares. «Así, es factible que haya menos presiones inflacionarias en la segunda mitad del año, producto de los energéticos», explicó por su parte Gabriel Casillas, especialista de Barclays.

Pero en contraparte, el escenario luce más retador para los alimentos. El dato no pasa desapercibido en Palacio Nacional, por lo que el Presidente López Obrador ya anunció que esu gobierno alista un plan para contener el alza de precios a través de un plan de producción y de contención de precios, cuya ruta aun no es clara.

Inflación

Presiones salariales y el conflicto bélico impiden un descenso rápido

Si bien el precio de los combustibles es uno de los elementos que explican el aumento en el rubro de los alimentos (por la maquinaria en la producción, así como su transportación), su descenso no es suficiente para impactar también a este componente, pues otros factores coyunturales están influyendo.

Por ejemplo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está generando un aumento en los precios de las materias primas, como es el caso de las semillas y también en los fertilizantes -este último con un aumento de hasta 59%, de acuerdo con datos de la FAO-.

A nivel local hay otro elemento que se suma y es el tema del aumento salarial. SI bien los estudios de Banxico descartan un efecto en la inflación general, los expertos coinciden en que sí ha tenido un efecto «relevante».

Casillas explicó que el impacto se ve reflejado en los precios de las loncherías, fondas, taquerías, restaurantes y similares. «En estos rubros, la inflación no ha parado de subir desde 2017 por arriba de la inflación a un promedio de 6%. Parece ser que este es uno de los sectores en donde el aumento en el salario mínimo ha tenido una mayor incidencia. Este rubro tiene un peso en el INPC de 7.4%», dijo.

Vale señalar que este viernes, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) dio a conocer que para marzo, el personal sindicalizado logró un incremento salarial de 8.1% en promedio, el aumento nominal más alto desde septiembre de 2001, lo que suma como otro componente más de presión para la inflación.

Origen: La inflación en alimentos se dispara y enciende las alarmas en Palacio Nacional

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