Nuestras Plumas
Claro Y Conciso
Alberto Castelazo Alcalá
@Castelazoa
El 3 de mayo de 2021, la Ciudad de México fue sacudida por la tragedia que dejó a la nación consternada: el colapso de un tramo elevado de la Línea 12 del Metro. Esta lamentable pérdida de vidas y las preguntas sobre la responsabilidad de las autoridades locales han llevado a muchos a señalar directamente a Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, como la máxima responsable de este incidente.
La “Línea Dorada”, inaugurada en 2012 durante la administración del entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, quien ocupaba el cargo de secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno federal. Sin embargo, la responsabilidad de garantizar la seguridad y el mantenimiento de la infraestructura recae ahora en Claudia Sheinbaum.
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Cuando asumió el cargo, Sheinbaum ha sido elogiada por su enfoque progresista y su compromiso con la transparencia y la justicia social. Sin embargo, la tragedia de la Línea 12 del Metro pone en tela de juicio su capacidad de liderazgo y toma de decisiones.
A lo largo de los años, ha habido informes y señalamientos sobre problemas estructurales y deficiencias en la Línea 12 del Metro. Expertos en ingeniería y organizaciones de la sociedad civil han advertido sobre el deterioro de las vías, fallas en la infraestructura y problemas en los pilares de soporte. A pesar de estas advertencias, el mantenimiento y las reparaciones necesarias no se llevaron a cabo de manera oportuna y eficiente.
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Es imperativo que un líder gubernamental asuma la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, especialmente cuando se trata de infraestructuras tan vitales como el sistema de transporte público. La tragedia de la Línea 12 del Metro ha dejado en evidencia una falta de supervisión adecuada, así como una falta de acción por parte de las autoridades correspondientes.
En lugar de buscar excusas o desviar la responsabilidad, es fundamental que Claudia Sheinbaum asuma la responsabilidad directa de lo sucedido y tome medidas concretas para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. Esto implica llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente para determinar las causas del colapso y depurar las responsabilidades correspondientes.
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Además, se requiere un plan de acción claro para el mantenimiento y la mejora continua de la infraestructura del Metro, así como una mayor inversión en la capacitación y supervisión de los responsables de su operación y mantenimiento.
En conclusión, la responsabilidad de Claudia Sheinbaum en la tragedia de la Línea 12 del Metro es innegable. Como líder de la Ciudad de México, debe asumir su responsabilidad y tomar medidas inmediatas y efectivas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y prevenir futuras tragedias. Solo a través de la rendición de cuentas y la acción contundente se podrá restaurar la confianza en el sistema de transporte y en el liderazgo político en México.
Sheinbaum
