Nacional
Redacción
Política Gurú
En un acto valiente, el Ministro Luis María Aguilar Morales lanzó una advertencia clara. Durante el XIX Congreso Nacional de la Barra Mexicana de Abogados, declaró, sin rodeos, que ser juzgador no es tarea de títeres. Si se cede ante presiones externas, se pierde la esencia de la justicia.
«Ser el mandadero de alguien no está en nuestra descripción de trabajo», afirmó, provocando una ola de aplausos. Este comentario, aunque sin nombres, parece un dardo directo hacia la reciente conducta gubernamental.
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Curiosamente, Aguilar evitó mencionar directamente al presidente López Obrador. Esto, tras las polémicas confesiones del presidente sobre cómo «guiaba» a Arturo Zaldívar para influir en decisiones judiciales.
La defensa de la independencia judicial se erige como un muro frente a las intromisiones. Aguilar Morales insiste en que todos, día a día, debemos fortalecer el Estado de Derecho. La colaboración entre jueces y abogados es clave, pero la autonomía del poder judicial es la columna vertebral de nuestra democracia.
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La implicación del presidente, admitiendo intervenciones pasadas en el poder judicial, resuena como una alarma. ¿Es este el respeto a la autonomía judicial que merecemos?
Aguilar Morales concluyó destacando la independencia como vital para la justicia futura. Este llamado a la acción es un recordatorio de que la justicia debe permanecer libre de influencias, protegiendo siempre los derechos de los ciudadanos.
Aguilar