Nacional
Redacción
Política Gurú
Una investigación del Poder Judicial revela que altos jueces eran convocados sin explicación al piso 14 del edificio del Consejo de la Judicatura Federal. Se encontraban con Carlos Antonio Alpízar Salazar, quien les pedía entregar todos los dispositivos electrónicos y los sometía a revisión personal por seguridad.
En la sala, con escoltas armados presentes, Alpízar les indicaba cómo debían actuar en sus fallos judiciales, prometiendo favores y amenazando con represalias según conveniera. Estas prácticas incluían asignaciones de puestos, beneficios políticos, y en ocasiones, dinero.
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Jueces como Sandra Leticia Robledo y Julio Veredín Sena, entre otros, fueron citados, pero muchos resistieron estas presiones. Alpízar también intentó manipular la situación en contra del magistrado Arturo Sánchez Valencia, al no encontrar irregularidades, buscó acusarlo falsamente a través de familiares.
Las influencias se extendían más allá de la oficina, organizando reuniones en restaurantes y un rancho, para asegurarse de que los jueces siguieran las líneas marcadas por el gobierno en casos de alto perfil. Jueces que cedieron, como Jesús Delgadillo y Artemio Zúñiga, tomaron decisiones judiciales claves bajo esta presión.
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Julio Scherer Ibarra, ex consejero Jurídico, también jugó un papel en influir en decisiones importantes del CJF, llegando a presionar personalmente a los jueces en asuntos financieros de gran envergadura.
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