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Redacción
Política Gurú
Xóchitl Gálvez, aspirante a la presidencia por Fuerza y Corazón por México, ha marcado un hito al firmar, con su propia sangre, un compromiso irrevocable. Este acto simboliza su determinación para preservar los programas sociales fundamentales de la actual administración, asegurando una pensión universal a partir de los 60 años.
En un acto que congregó a miles en Guanajuato, Gálvez no solo utilizó tinta para sellar su promesa; un gesto de sangre reforzó su juramento ante la nación. Este momento, más allá de su valor simbólico, plantea un desafío directo a la gestión actual, exponiendo un compromiso inquebrantable con el bienestar de la ciudadanía.
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“Por mi familia y ancestros, juro mantener estos programas esenciales,” afirmó Gálvez, en un estadio abarrotado, prometiendo ante ciudadanos y beneficiarios que, bajo su mandato, los derechos sociales permanecerán intactos.
No obstante, la candidata no se detuvo allí. Criticó duramente al gobierno actual por la escalada de violencia, señalando la pérdida de vidas como una crisis nacional olvidada. Citó las masacres de Guanajuato como ejemplos de un fracaso en la protección ciudadana, proponiendo soluciones drásticas como la creación de una prisión de máxima seguridad específica para estos criminales.
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Además, Gálvez prometió fortalecer la seguridad nacional, duplicando el número de agentes de la Guardia Nacional y restituyendo programas clave para las policías locales. Su mensaje fue claro: «La era de la pasividad ha terminado. Es tiempo de reconquistar la paz.”
Este compromiso de Xóchitl Gálvez destaca no solo por su simbolismo, sino por su audaz crítica hacia la gestión de la seguridad y el bienestar social por parte del gobierno. Su promesa, sellada con sangre, se erige en un firme recordatorio de que los derechos sociales y la seguridad son pilares inalienables de una sociedad justa y pacífica.
Xóchitl
