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Arturo Zaldívar no soporta la idea de transitar el último tramo de su mandato en la Suprema Corte como un ministro más. Por eso evalúa todo tipo de salidas posibles. Sus compañeros dan por hecho que su renuncia es inminente, del mismo modo que su final como presidente del máximo órgano judicial de México. Y por esa misma razón, su sucesión se volvió un tema casi personal.
Zaldívar piensa renunciar, y entrega un argumento interesante en Palacio Nacional: con su salida anticipada, AMLO podría colocar a un nuevo ministro 100% obradorista, sin la necesidad de negociar posiciones con su sucesor. Es que el mandato de Zaldívar termina el 1 de diciembre de 2024, momento en que el reemplazante de AMLO ya habría tomado posesión.
La «oferta» de Zaldívar es que su renuncia anticipada permitiría a López Obrador tener control total sobre la elección del nuevo ministro, que estaría un mandato completo por 15 años. Se garantizaría así otra silla sobre el cierre de su gobierno, además de -eventualmente- meter mano en la terna del reemplazante de Luís María Aguilar, quien también deja la Corte en diciembre del 2024.
En ese contexto, el ministro presidente de la Corte se metió de lleno en la pelea Scherer-Gertz, ambos aliados en un tridente que utilizó para controlar la administración de justicia en la 4T. Alianza que estalló por los aires en los últimos meses.
En medio del mayor conflicto de la 4T, Zaldívar le vendió la idea de un apoyo silencioso a Gertz, mientras operaba en la Corte para sacar en libertad a su sobrina Alejandra Cuevas. Un movimiento que el Fiscal -con cierta inocencia- no pudo anticipar.
En el fondo de esa operación, Zaldívar buscaba una salida «premium» de la Corte. Su ambición era saltar como Fiscal General de la República. Pero con el golpe ya efectuado contra Gertz, y con su sobrina política en libertad, AMLO sigue sin dar señales de su eventual salida. Y Zaldívar ya duda que ese desplazamiento se vaya a concretar.
Por ese motivo, el ministro presidente se puso un nuevo objetivo: comandar la transición política de la 4T desde la Secretaría de Gobernación, apostando por una salida anticipada de Adán Augusto hacia una potencial campaña presidencial.
Desde ese lugar, Zaldívar calcula que tendría teniendo una enorme injerencia en la vida judicial, ahora que esa función volvió a estar en el palacio de Bucareli. Además apuesta al nexo que está construyendo con Adán Augusto, una pieza clave en el tránsito de la Ley de Industria Eléctrica.
La dupla Adán-Zaldívar fue clave en la aprobación de la Ley de la Industria Eléctrica. El ministro le pidió al Secretario que hablara con González Alcántara y con Gutiérrez Ortiz Mena, porque ellos tenían motivaciones y argumentos diferentes para votar contra la ley. El voto diferenciado de ambos -uno por argumentación de corte económica, y otro por temas ambientales- permitió que no se cruzara en ningún momento el umbral para la invalidez de la norma.
