Nacional
Redacción
Política Gurú
En las sombras del poder en Tabasco, la campaña de Javier May recibe un impulso controversial. Carlos Del Ángel, empresario con lazos en la industria petrolera y amigo de figuras clave de la 4T, emerge en el centro de la tormenta. Se le relaciona con Sergio Carmona, cuyas actividades ilícitas y vínculos con el financiamiento de campañas morenistas han atraído la atención de agencias de seguridad estadounidenses.
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Del Ángel, con conexiones que van desde Octavio Romero hasta el general Audomaro Martínez Zapata, juega un papel crucial en esta red de influencias. Esta relación pone en el punto de mira internacional la integridad de la campaña de May, sugiriendo posibles nexos con el crimen organizado.
Recientemente, un reportaje expuso reuniones sospechosas que incluyen a un hijo de Andrés Manuel López Obrador y figuras cercanas al círculo de Carmona. Entre ellos, Rafael Marín, quien ahora busca refugio en Europa, y el alcalde de Reynosa, Carlos Víctor Peña Ortiz, añadiendo más sombras sobre las actividades de este entramado.
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A pesar del silencio oficial, Del Ángel ha sido un pilar en la campaña de May, evidenciando la penetración de estos intereses hasta la esfera más cercana al presidente. Este apoyo pone de manifiesto las fracturas dentro del partido, relegando a figuras como Adán Augusto López Hernández en favor de alineaciones más convenientes para ciertos sectores.
El papel de Del Ángel sugiere una confianza en la continuidad de estas alianzas bajo un gobierno de Sheinbaum, si ella llegase a ganar. Esta situación levanta cuestionamientos urgentes sobre la transparencia y la ética política en México, instando a una reflexión profunda sobre los nexos entre el poder, el crimen y la financiación de campañas.
Del Ángel
