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Política Gurú
En el lapso de tres años y seis meses, la cifra de niños, niñas y adolescentes que quedaron sin madre debido a feminicidios o desapariciones en el Estado de México asciende a 2,129. Según datos obtenidos por el universal a través de una solicitud de transparencia, la Secretaría de Justicia y derechos humanos del Edomex, que incluye la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, ha reportado que el año 2023 presenta la mayor cantidad de casos.
Solo en el primer semestre, se han contabilizado 538 menores atendidos por el programa Valentina, mientras que en 2022 fueron 614, en 2021 se reportaron 538 y en 2020, 395.
Uno de los afectados es Leonardo Rosas, padre de Leonarda, de 19 años, asesinada en octubre de 2020 en Almoloya del Río, quien dejó a un niño de cuatro años. Leonardo ha estado cuidando al pequeño, aunque las autoridades aún no le han proporcionado el apoyo económico prometido. «Nunca se nos apoyó con nada. Dijeron que enviarían a una licenciada para verificar el domicilio, pero nunca aparecieron. Hasta la fecha, no hemos recibido noticias«, lamentó Leonardo, quien incluso se reunió con Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros, fiscal general para la Atención de Delitos vinculados a la Violencia de Género, pero la ayuda no llegó.
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El programa Valentina, operado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM), brinda asistencia a menores afectados por feminicidios o desapariciones. Su objetivo es promover el desarrollo integral de estos niños mediante apoyos económicos para actividades que mejoren su bienestar.
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El monto del apoyo económico es generalmente de 2,500 pesos, pero en casos de menores con discapacidad física o mental, reciben 3,500 pesos. Aunque este tipo de programas son un avance importante para garantizar la continuidad de los estudios de los menores y ofrecerles apoyo psicológico, es fundamental que las autoridades sistematicen la estructura del programa para evitar posibles debilidades debido a la alta demanda de beneficiarios. Alejandro Gutiérrez Cedeño, coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos Integrales de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEMéx, señaló que los niños afectados por estos crímenes sufren traumas graves que requieren asistencia de múltiples ámbitos. Es esencial que estos programas reciban suficiente apoyo para proteger a los menores vulnerables y brindarles un entorno seguro para su desarrollo.
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